POESÍA. NARRATIVA. INFORMACIÓN LITERARIA. CONCURSOS. AUTORES CLÁSICOS Y NÓVELES


Puedes pedir los libros de la autora al mail: beamarchisone@gmail.com (envíos a todo el país)

LIBROS PUBLICADOS POR LA AUTORA
(poesía y narrativa)
"DE LOS HIJOS" (2014)- Ediciones Mis Escritos (Bs. As.)

Rincones y Acuarelas I (Poesía) -2019- La Imprenta digital (Bs. As)

Rincones y Acuarelas II (Narrativa)- 2019- La Imprenta digital (Bs. As.)

Los encontrarás:
En Rafaela (Santa Fe): en Librerías "EL SABER", "PAIDEIA" y "FABER".
En San Francisco (Córdoba): en Librería "COLLINO"
y en otras librerías del país.

lunes, 31 de agosto de 2020

Anhelo (por Nilda Fux) TALLER VIRTUAL 6

 

En el cuadro hay un mapa,
Ni una línea se le escapa.
Amarillo, de amplio brillo
Colgado sin un tornillo.

Muestra circundo camino
Entre llanuras y ríos
Entre montañas y trigos.

Quizás un tesoro esconde
Y guia a quien corresponde
Hasta ese cofre sagrado
Inmensamente preciado.

¡Ay! Quién pudiera poseerlo
Y compartirlo festivo
Con un gran grupo de amigos
Y felices disponerlo.

AUTORA: Nilda Fux
Rafaela (Santa Fe- Argentina)

TALLER VIRTUAL 6

domingo, 30 de agosto de 2020

Sobre "Rincones y Acuarelas I y II" (por Edgardo Peretti)

 

RINCONES Y ACUARELAS I (Poesía)

RINCONES Y ACUARELAS II  (Narrativa)

-Autora: Beatriz Chiabrera de Marchisone-

Edición de Jorge Emilio Bossa (2019)


 Por Edgardo Peretti (Periodista y Escritor de Rafaela)


            Ha llegado a mi conocimiento esta duplicidad de obras de la escritora Beatriz Chiabrera de Marchisone, vecina de Clucellas, cercana  a mi pago gringo de Rafaela, dicho esto con el mayor de los orgullos.

            No puedo menos que componer una oferta literaria entre los dos libros. Aunque marquen tópicos diferentes, su unión es terminante. Ya desde las portadas, que conforman una expresión artística de alto vuelo, con un rincón hogareño, una fotografía compartida y una plástica intervención sensitiva de calidad terminan generando un producto impactante que se encuadra con una cuidada edición que llama la atención desde antes de comenzar la lectura. Lo que no es poco.

            No puedo – ni debo- soslayar el detalle de mencionar que no soy crítico, apenas un lector ávido que suele contar historia. Pero nada más. Por eso las palabras que aquí se exponen son demostrativas de sensaciones y emociones; cuestiones técnicas, abstenerse.

            Mi querida amiga Elda Massoni solía decir que “el poeta siente, los demás perciben” y eso es lo que he encontrado en estas palabras, cuyos entrelazamientos me llevarán a la conclusión final.  En “Mi pueblo en otoño” ya se percibe el tono intimista que BCM  posee para comunicarse con sus afectos escenográficos: su ámbito.

“Mi pueblo es raíz, es arrullo, es manta,/es sendero llano con retoños nuevos,/ es aquel regazo que guardó la infancia,/ es el niño libre deshojando sueños,/ es aquella tarde de ocaso tranquilo,/ es aquel que somos aunque estemos lejos”. (Fragmento op.cit.)

            Creo haber corrido el telón del escenario. Buscaré en algo que no es único, pero que marca un hito: “Por las rendijas del tiempo,/ ayer anduve mi infancia. Sin péndulos ni relojes,/ me sumergí en la nostalgia…” (“Ayer anduve mi infancia”, frag.).

            El título en sí mismo me impacta muy fuerte. Ese verbo de tránsito temporal es contundente. Una definición enorme en cuatro palabras.

            Con la sabiduría que da la experiencia, la vida, la autora deja salir su origen, sus afectos y pertenencias. No es necesario saber de poesía para disfrutar. Con haber sido niño es suficiente, aunque no todos disponen de ese diploma.

            Ya cuando ingreso al segundo libro, y aprecio que en la portada me espera un sillón, quizás cargado de confidencias, sueños y lágrimas, ya me siento más en confianza. Es como llegar a mi casa, literaria, en este caso.

            Ya en el Prólogo, la autora me advierte que “lo sobrenatural también aparece...”. Caramba, reflexiono; estoy a mis anchas.

            El profesor Amílcar Torre (1947-2003), consejero y amigo, distinguido hombre de letras, cuando leyó mis primeras obras me dejó una reflexión que el paso de los años hacen cada día más certera: “El autor nunca sabe lo que va a contar. Sólo lo cuenta”.

            Aquí también BCM se apoya en sus espejos cotidianos, su vivencia de lo más mínimo; esas cosas que están allí, cerca, palpables, pero que sólo perciben algunos. En “La plaza” ya deja en claro que hay espacio con tiempo que marca las horas “..mi pueblo se apronta a descansar”. (op. cit.). Pero no podría quedarme aquí. Hay obras de infinita orfebrería literaria, espacio al cual solo acceden los que manejan las técnicas más sutiles del cuento: “Vecinos” es excelente.

            He aquí que  a partir de estas líneas me permitiré ahondar en el sesgo conceptual propio de esta autora, docente además, de la cual considero que pulsa el sentir de sus espacios en todos sus trabajos, sin importar la forma en que los expone. Ella es la sangre y a la vez las venas de su pueblo, al que pinta con palabras adecuadas, aunque no por el azar, sino por el sentir; es una pintora de palabras en las cuales fluye una visión tan efímera en materia como interminable en tiempo.

            Su pueblo está en ella. Ella es su pueblo y viceversa, y lo decora con los universales colores que nos proporcionan el uso de las letras. Y esto no es óbice para marcar una frontera: hay calidad y cadencia en sus cosas cotidianas; el hecho de mostrar su entorno no la limita, la enaltece.

            Beatriz ha pintado su mundo con talento. En este espacio también hay lugar para su aldea.


Algunas referencias del Periodista y Escritor  EDGARDO PERETTI

Resultados de búsqueda

miércoles, 26 de agosto de 2020

"Secreto en la isla" (por Cristina Briante) TALLER VIRTUAL 6


 

El pirata del Mediterráneo,
guarda tesoro escondido.
En el medio de la isla.
Es: oro blanco molido.

El pirata salta pata,
se zambulló en la salina.
Salió, convertido en sal marina.

AUTORA: Cristina Briante
Vicente López (Buenos Aires- Argentina)

TALLER VIRTUAL 6

"Manual del buen pirata" (por María Belén Cáffaro) TALLER VIRTUAL 6

Hace unos días miré una película de piratas y uno de estos se llamaba algo así como Yak Espárrago, en fin, que el nombre de esta persona no me importó mucho. A mí lo que realmente me interesó fue el tema de los piratas, me parecía tan increíble que con tan solo ocho años yo quería ser uno.

 ¿Ustedes sabían que para ser pirata había un manual? Pues yo sí, me enteré cuando lo encontré. A lo que iba es que cuando decidí cuál sería mi carrera de ahora en más, me dirigí a la biblioteca y no les voy a mentir, yo pensé que había entrado en un laberinto de estanterías con libros. Tuve que pedirle ayuda a la señora encargada del lugar, ella me indicó la dirección hacia donde estaban los libros de piratas. Luego de tanto buscar, por fin había encontrado un libro titulado Manual del buen pirata por lo que me senté en el suelo ahí nomás y me dediqué a leerlo, por suerte no era un libro gordo de esos que parecen interminables y que si se caen encima de uno lo aplastan ¿Se imaginan ustedes, mi carrera de pirata arruinada sin haber empezado y todo por culpa de un libro gordo? Ni siquiera pensarlo, por eso me alejo de ellos.

 En el manual había una lista de cosas para ser un buen pirata: una barba marrón, un parche para el ojo, una pata de palo, un barco y un traje con sombrero que combinen. El mapa del libro era justamente el de la isla donde yo vivía, pero me quedaba un poco lejos el lugar donde la X estaba marcada y yo no tenía una brújula o una calavera como las del plano; sin embargo, mis ánimos no decayeron y dibujé el mapa tal cual lo encontré en el libro, en cambio, a las cosas de la lista, las memoricé.

 Lo primero que busqué fue una pata de palo, el libro no decía de que mueble debía ser, por lo que se la saqué a una silla vieja mía. A mi vecino Eduardo, criador de loros, le pedí uno de sus pajaritos verdes, y si hablaba, mejor aún, además el animalito no se me iba a escapar porque ya tenía preparada la correa y la soga para tenerlo siempre conmigo; pero tuve que conformarme con el loro de peluche que me regaló Edu, quien me confesó que esas aves iban mucho al baño sin avisar a su acompañante ¿Ustedes se pueden imaginar a un pirata con su traje manchado por popó y pis de loro? Yo no.

 En cuanto al parche… bueno, no encontré ninguna tela de color negro, pero sí unos lentes oscuros en un cajón y como yo solamente necesitaba ver de un ojo, le saqué un cristal. El barco era algo muy difícil de encontrar, así que como buen dibujante y pintor que soy, diseñé y coloreé un barco en unos cartones los cuales pegué con cinta y plasticola alrededor de mi bicicleta ¡Tendrían que verlo ustedes! ¡Todos querrían subirse! Mis profesores de plástica y tecnología estarían orgullosos de mí.

 Para la barba marrón utilicé algodón, al cual pinté con mis témperas y lo uní con ese pegamento que usa el doctor cuando me corto alguna parte de la cabeza y no es necesario coserme; estoy seguro que hasta el mismísimo Papá Noel me visitaría antes de Navidad solamente para pedirme consejos sobre cómo tener una barba tan bonita como la mía. El problema era la ropa, yo no tenía una camisa blanca como la del capitán Espárrago y la de mi papá me quedaba enorme; en mi armario encontré un pantalón largo de color negro que usaba para hacer gimnasia; en el ropero de mi hermana mayor encontré un camisón blanco que tenía que meter dentro del pantalón para no arrastrarlo por el piso.

 A mi padre le pedí si me podría hacer un barco con una cartulina azul, al fin y al cabo, si lo daba vuelta se podía usar como sombrero. Una vez listo el pedido que le hice a mi papá, me lo coloqué en la cabeza, no sin antes haberme vestido con las prendas elegidas; utilicé la cinta de embalaje de mi mamá para pegar a mi pierna la pata de madera y a mi hombro el loro, también me coloqué el parche en el ojo y me subí al barco ubicado en el garaje de mi casa.

 En la vereda se encontraba toda mi familia, me preguntaban si me iba a una fiesta de disfraces, y yo les respondí que me embarcaba en una aventura de piratas, incluso les mostré mi mapa. Todos me sonreían y me felicitaban, pero se negaron a dejarme ir ¿Pueden creer que le nieguen a un pirata ir en busca de su tesoro? Decían que era muy tarde para la aventura y a esa hora había muchos peligros, pero yo miraba el sol que se encontraba todavía en lo alto del cielo. En fin, decidí no llevarles la contraria porque mis padres siempre tienen la razón y saben qué es lo mejor, pero mañana a primera hora me embarcaré en la búsqueda de ese tesoro y será mío. Este solo es el comienzo de una gran aventura.

AUTORA: María Belén Cáffaro

Clucellas- (Santa Fe- Argentina)

TALLER VIRTUAL 6

jueves, 20 de agosto de 2020

"Historia de un pirata" (por Mirta Susana Maluenda) TALLER VIRTUAL 6

 Así comenzó esta historia.

-Había una vez...un pirata con sobrero azul vegano, un garfio muy afilado..

pantalones rayados y capa  roja muy larga.

Su barba  era muy negra, y su bigote enrulado,  muy alto y delgado.

vivía en su barco navegando por los mares, 

en busca de aventuras y tesoros  en las islas del Caribe.

Según cuenta la leyenda, llegó a una Isla  perdida, rodeada de monstruos marinos,

donde vivían caníbales  que tomaban prisioneros a quienes alli desembarcaban.

Brújula en mano, el mapa y su mochila emprendió la odisea, con  muchos

obstáculos en el camino, por montañas, llanuras, bosques y ríos.

Imaginaba encontrar un tesoro, con joyas  y  monedas de oro... 

Después de varios meses de infortunios, y noches de lluvias torrenciales

ya muy cansado,  perdía la esperanza.

De pronto ... un  hermoso castillo, de paredes blancas y grandes ventanales

bajo ese cielo turquesa, lleno de pájaros exóticos, que con sus melodías invitaban a  soñar.

Parecía irreal !!!...

La magia envolvía ese lugar, lleno de encanto,y tranquilidad.

- el castillo de los sueños?...

Nunca mas regresó  a  su barco pirata.                                                         


                                                 AUTORA:  Mirta Susana Maluenda

                                        Manuel Ocampo (Buenos Aires- Argentina)

"Un viaje soñado" (por María Clara Chiabrera) TALLER VIRTUAL 6

 

El viernes por la mañana mi madre me despierta diciéndome que prepare las valijas porque el sábado nos vamos a República Dominicana por catorce días, el domingo vamos a visitar una isla y a la vuelta vamos a estar tres días en Miami. Cuando me lo dijo quedé sorprendida, pero acaté la orden de mi madre, le dije que desayunaba y la armaba. Cuando fui a la cocina, mis hermanos estaban igual de sorprendidos que yo. Nadie tocaba el tema, hasta que en un momento Benjamín, mi hermano mayor, pregunta a qué isla vamos, a lo cual mi padre responde, a la Isla Perla. Al terminar de desayunar, armé la valija y seguí mi día normal. A la noche me fui a dormir temprano porque al día siguiente, teníamos un avión que tomar hasta  Miami (Estados Unidos), para de ahí tomar otro avión hacia República Dominicana y el domingo visitar la Isla Perla.

Era temprano y estábamos saliendo hacia el aeropuerto (dormí todo el viaje hasta el lugar), llegamos, hicimos trámites y pre embarcamos (dormí hasta que nos llamaron para embarcar el avión). Al subir, me acomodé en mi asiento y durante todo el vuelo hable con mis hermanos o miré el paisaje. Llegamos a Miami, esperamos a que llenaran el avión con combustible y volvimos a subir para emprender camino hacia República Dominicana. En ese vuelo leí, saqué fotos al paisaje y charlé con mi hermano del medio, Pedro. Al llegar hicimos algunos trámites, tomamos un taxi y nos fuimos directo al hotel. Apenas llegamos y nos dieron la habitación, subimos, acomodamos y nos fuimos a dormir porque al día siguiente nos tocaba un largo día en la Isla Perla.

A las siete de la mañana nos levantamos, nos preparamos y fuimos a desayunar.  Después de desayunar  subimos a buscar un bolso que llevaríamos a la isla, luego bajamos y tomamos un taxi hasta el lugar de donde partiría el barco. Navegamos durante dos horas. Llegamos a las diez de la mañana al lugar. Al llegar nos dieron un mapa de la isla. Al observar el mapa vimos una línea roja y en una de las puntas de la línea una cruz roja, también notamos la Rosa de los Vientos y una calavera con barba, aros, sombrero, pañuelo por debajo del sombrero y una cruz de huesos. En ese mismo mapa pudimos observar las diferentes zonas de la isla. Quedamos sorprendidos, entonces con mis hermanos les dijimos a mis papás si podíamos seguir esa línea, a lo que respondieron, que sí y que nos acompañarían, ya que podrían recorrer un poco más.

Antes de partir averiguamos si podríamos ir sin un guía, así que como se podía, emprendimos viaje. Fuimos al comienzo de la línea y mientras empezábamos a seguir el camino observábamos los paisajes. Íbamos de lo más bien, veíamos a un hombre, un árbol hermoso, diferentes lugares hermosos para apreciar y de fondo el precioso mar, de aguas cristalinas.  Mientras tanto parábamos, sacábamos fotos, nos deleitábamos con el paisaje, opinábamos sobre lo que creíamos que iba a ver en la cruz.

En un momento mirando el mapa, nos damos cuenta que teníamos que nadar por el mar si no queríamos desviar y alargar camino, el tema es que íbamos a tener que desviar camino porque mi mamá no sabía nadar y el problema iba a ser que teníamos que subir la colina por lo tanto perdíamos tiempo, pero bueno no nos preocupamos y seguimos viaje.

Cuando llegamos al lugar donde estaba la colina, nos miramos y comenzamos a subir, queríamos ir lento para no cansarnos pero al mismo tiempo lo más rápido posible para llegar y descubrir lo que había en la cruz. Mientras subíamos, charlábamos y tomábamos mate. Cuando nos dimos cuenta estábamos  en la cima y tocaba la parte más fácil, bajar. Con mis hermanos comenzamos a correr colina abajo mientras nuestros padres se reían, incluidos nosotros. Una vez abajo no nos quedaba tanto camino por recorrer, por eso empezamos a acelerar el paso y en un abrir y cerrar de ojos, había un cartel gigante enfrente nuestro que decía: "Si seguiste el camino hasta la cruz roja, estás en el lugar correcto, bienvenido a la fiesta de la Cruz Roja", con mi familia quedamos boquiabiertos y por supuesto, entramos. Al entrar, te encontrabas con un escenario, barra de bebidas y un lugar para pedir comida. Esto no figuraba en el mapa porque era una sorpresa para los que seguían el camino de la cruz. Conectaba con la playa, tenía mesas, sillas, reposeras, era realmente hermoso. Pasamos toda la tarde ahí hasta que tocó irse. El barco nos buscó en ese mismo lugar y nos fuimos más que felices. Pasamos dos semanas hermosas en República Dominicana y luego nos quedamos tres días en Miami. Después ya tocaba volver a casa y bueno, emprendimos el avión de regreso más que felices. Llegamos a casa, desarmé la valija y les agradecí a mis papás sin parar por este viaje tan soñado.

AUTORA: María Clara Chiabrera

-12 años-

Clucellas (Santa Fe- Argentina)

TALLER VIRTUAL 6

miércoles, 19 de agosto de 2020

"El tesoro del pirata" (por Claudia Fernández) TALLER VIRTUAL 6

 

   Voy surcando los mares en mi barco, que he bautizado “Rigoberta” en honor a mi madre. Hoy el viento hincha las velas y mi barco corta el mar a rauda velocidad.

Desde mi lugar junto al timón, allá, en el horizonte, alcanzo a divisar tierra, casi al tiempo en que el vigía grita:

- ¡Tierra al frente mi capitán!

¡Estoy ansioso por llegar!

Entre las cosas que mi abuelo guarda, encontré un mapa que marca el lugar donde un viejo pirata escondió un gran tesoro. Mi abuelo me dijo que él ya no volvería a hacerse a la mar, pero yo sí! Yo seré un gran pirata, igual que lo fue mi abuelo y mi padre.

Encontraré el tesoro y lo repartiremos con mis hombres. Luego nos iremos a festejar a la posada de “El Tuerto” y tomaremos ron.

El “Rigoberta” ancla lejos de la costa y bajamos varios botes para acercarnos a la costa.

-Iremos navegando hacia la izquierda, buscando tres piedras verticales que están en la costa. –le explico a mi tripulación.

Todos asienten y bajamos hasta los botes con remos que nos esperan.

Después de un par de horas de remar rodeando la costa encontramos las tres piedras puestas en forma vertical que en el mapa las llaman “Las tres mujeres”.

-Muy bien, ya estamos más cerca –anuncio.

Mirando mi mapa, me sitúo a la par de las piedras y como me indica comienzo a contar los pasos seguido de cerca por mi tripulación. “Treinta pasos al frente”.

- ¿Será un gran tesoro capitán? –me pregunta un marinero.

-Así es – respondo- Este mapa dice que el pirata Maratoa escondió un tesoro resultado de varios pillajes a barcos, tiene que ser muy grande.

Completo los treinta pasos y llego al lugar señalado en el mapa como un árbol que tiene un puñal clavado. Lo buscamos y encontramos lo que ahora es un gran árbol con un cuchillo muy oxidado clavado en su tronco. De ahí cuento ciento cincuenta pasos a la derecha, caminando por entre el bosque de plantas de todo tipo que pueblan la isla, escuchando los sonidos de los animales del lugar.

Un marinero medio asustadizo me pregunta:

- ¿Capitán, habrá fantasmas en esta isla?

-No creo –le respondo, tratando de que no esté asustado.

Cuando llego al final de la cuenta de los pasos, encuentro la caverna que menciona el mapa y, cada vez más expectantes, entramos.

Cuento setenta pasos más y por fin llegamos al lugar donde en la pared de piedra hay una gran cruz marcada.

Nos apuramos a cavar con palas y picos, hasta que llegamos al cofre. Rápidamente lo sacamos y lo abrimos. ¡Quedamos maravillados ante tantos tesoros y…

- ¡Ramón! Ramoncitoooo vamos a levantarse que se hace tarde para ir a la escuelaaaa

- ¿Cómo la escuela? – protesto mientras trato de despertarme - ¡Soy un pirata que encontré el tesoro escondido! El abuelo me dio el mapa.

-Si Ramoncito, el abuelo te contará otro cuento hoy a la tarde cuando venga, pero ahora hay que ir a la escuela. Vamos, vamos, no te vuelvas a dormir.

¿Dormir? ¿Estaba soñando? ¡Ay, y yo creí que era un pirata que había encontrado el tesoro!

-Ramoncitoooo se hace tarde para la escuelaaaaa.

-Sí mamá, ya voy.

 

Autora: Claudia Fernández

Balcarce  (Buenos Aires – Argentina)

TALLER VIRTUAL 6

"El pirata Malaspina" (por Ana María Olga Kalomysky) TALLER VIRTUAL 6

 

Había una vez

En un país muy lejano

Un pirata, Malaspina

Con sombrero victoriano.

 

Contaba siempre

Relatos de aventuras

Que mostraban su coraje

Y toda su bravura.

 

Quien quiera conocer

A un verdadero pirata

Era alguien muy valiente

Que andaba en una pata.

 

En paisajes de paraíso

De arena blanquecina

Con su barcaza de madera

Así seguía Malaspina.

 

Con una brújula en mano

Un día se embarcó

Buscando viejos tesoros

Que nunca encontró.

 

En los terrores de la noche

El vigía alertó

¡Llegamos a Tierra!!!

La que el mapa nos mostró.

 

Pero al desembarcar

Oh sorpresa ¡!! Qué encontró???

Los perseguían los jíbaros

Con arcos, flechas, un montón!!!

 

Es hora de volver al barco

Bien rápido, por favor!!!

Ellos quieren nuestras cabezas

Cuanto más veloces, mejor!!!


AUTORA: Ana María Olga Kalomysky

CABA. (Buenos Aires-  Argentina)

TALLER VIRTUAL 6

"Tesoro pirata" (por Alfonsina Comesaña) TALLER VIRTUAL 6

 

 Había una vez una chica llamada Sofía, que estaba aburrida en su casa, de repente escuchó que en la tele había un concurso para ganar el tesoro pirata y el concurso decía que cada grupo tenía que tener por lo menos tres participantes, entonces pensó rápido en sus dos mejores amigas llamadas: Emma y Emilia,  entonces las llamó y las dos dijeron que sí. 

Pasaron los días y ya estaban participando, se dieron cuenta que en la misma había una chica que les parecía conocida, entonces se distrajeron por pensar quien era, y por lo tanto, descuidaron la competencia.

Se les acortó el tiempo, entonces pensaron en una estrategia para distraer a los concursantes. Sofía simuló desmayarse, pero no funcionó, porque los presentes no fueron a auxiliarla; pidieron que vuelva a empezar la competencia, y volvió a empezar.

Entonces, cuando estaban por llegar al final, se dieron cuenta que la conocida de Sofía era la hija de una vecina , y justo quedaban Sofía y Maia, que así se llama la hija de la vecina.  Cuando Sofía vio la X que estaba el tesoro escondido, Maia también la vio, entonces las dos cavaron y como lo encontraron las dos, compartieron el tesoro que eran monedas de chocolate. Cuando llegaron a casa pensaron que podían hacer una fiesta para celebrar que ganaron, entonces,  al otro día hicieron la fiesta en un pelotero y compartieron las monedas. 

En la fiesta había piratas malos, entonces tuvieron que pasar por todo un laberinto para escapar de los piratas, pero no pudieron escapar y tuvieron que hacer un castigo, el castigo era darle todas la monedas de chocolate a los piratas. Entonces pensaron en un plan, el cual era que como no tenían las monedas en el pelotero les iban a dar menos de la mitad de las monedas, y funcionó.

Cuando llegaron a casa llamaron a la mamá de Sofía y era el señor que controlaba por cámara la competencia, y le dijo que Sofía simuló el desmayo, entonces Sofía ya no era ganadora, y debía devolver las monedas, pero primero tenía que explicar por qué y disculparse. Sofía enfrentó su mala acción, pidió disculpas y devolvió las monedas de chocolate. 

moraleja: se debe actuar siempre correctamente, no hacer trampa.

                  

AUTORA: Alfonsina Comesaña

-11 años –

Rosario (Santa Fe- Argentina)

TALLER VIRTUAL 6

lunes, 17 de agosto de 2020

"Piratas marisqueros" (por Daniel de Culla) TALLER VIRTUAL 6

 

Entre las rocas de la playa de San Vicente de la Barquera

En Cantabria, donde viven unos sobrinos míos

Jugaban como niños a piratas y corsarios:

Angel Alberto era “Francis Drake”, corsario famoso inglés

David era “Henry Every”, pirata inglés que nunca fue apresado

Conchi era “Anne Bony” e Isabel “Mary Read”

Mujeres piratas que navegaron junto a Jack Rackham

Que, cuando su corbeta fue capturada

En la costa de Jamaica allá por 1720

Ellas fueron las más valientes y únicas

Que resistieron de toda la tripulación.

Un día, Henry, Anne y Mary, cual piratas marisqueros

Cogieron una barquichuela hecha de madera

Fabricada por él y  guiada por sus seis pies.

Surcaron el mar desde la playa de suave arena

Para acercarse a las escarpadas rocas

Y coger el codiciado crustáceo o percebe

Estrella de todas las Navidades.

Ya habían cogido muchos, cuando, antes de zarpar

De vuelta a su soñada playa

Fueron atacados por el corsario Drake

Al estilo de cuando el verdadero

Atacó la nave española Nuestra Señora de la Concepción

Consiguiendo un botín de 4.000 millones de pesetas

¡Y este nuestro nuevo Drake

490 Euros por 5 kilos de percebes ¡

Las chicas piratas, que ya se lo esperaban

Porque ellas son bucaneras, pescadoras de percebes

Y no como los corsarios que roban

Y siembran el terror

De vuelta a su amada playa, iban cantando

La balada de Anne Bonny y Mary Read:

“Alquitrán y brea

Endurecieron sus manos

En otro tiempo delicadas

Y prestas izaban el ancla

Levantaban la carga

Y trepaban por la jarcia”.

 

AUTOR: Daniel de Culla

Burgos (España)

TALLER VIRTUAL 6

sábado, 15 de agosto de 2020

"Isla mágica" (por Dalmacio Carrizo) TALLER VIRTUAL 6

 

Todos buscamos un amor,
un sin sabor de nostalgias.

En tu isla de fragancia
se confunden mis puntos cardinales.

Un pirata soy
en busca de tu tesoro,
mirando la perla de tus ojos.
No me dejan ver más allá del horizonte.

Siento el torrente,
qué corre por mis venas desiertas.

Y una flor se despierta
con el candor de tu aroma.

La bruma de las aguas
abraza tu sombra.

Mientas la brisa te nombre 
con cálido silbido de pasión.

Y escribo el epilogo final, 
en busca de una historia
que quede en la memoria
de un sueño ancestral.

Luz de vida que nace
y muere con tu partida.

AUTOR: Dalmacio Carrizo
La Ferrere (Buenos Aires - Argentina)

viernes, 14 de agosto de 2020

"Lala Lala" (por Heloisa Soriano Ávila) TALLER VIRTUAL 6


 La historia de un pirata... lala lala

yo te cuento hoy... lala lala.


Era un pirata temerario... lala lala

muy bueno y vanidoso... lala lala

y un poco miedoso... lala lala.


La historia de un pirata... lala lala,

yo te conté hoy... lala lala.


AUTORA: Heloisa Soriano Ávila 

(8 años)

Avellaneda (Buenos Aires- )Argentina.

"El monstruo" (por Beatriz Ofelia Zuluaga) TALLER VIRTUAL 6

 

Mientras observo este monstruo extendido en el mar con ojo de calavera y mandíbula dentada, pienso que hay mucho de la isla del tesoro, Stevenson, Jim y más de una botella de ron.

No sé por qué quiere comerse la estrella, ni si las pequeñas islas traseras son parte de su cuerpo, o van aparte de éste, flotando a su alrededor.

Hay una canción que nos cuenta de un corazón un corazón oscuro, de un corazón un corazón con muros…  un corazón que se esconde, un corazón que esta adónde … un corazón, corazón en fuga herido de dudas de amor.

Qué rico ser Alí Baba, Simbad el viajero o Nemo el capitán, para ponerme a buscar una escafandra y sumergirme en el  sitio del mar donde este monstruo vive.

¿Adónde estará mi tesoro? ¿cuál es el tesoro de cualquiera? … el de doña Florinda era Kiko… una melodía con la cual llamarte, una máquina para traerte desde la inmensidad a mi bolsillo, los marcadores azul y rojo para pintar su estrafalario sombrero de signo de la muerte pirata.

Tiene tantos problemas de piel este pobre monstruo… cruces, palmeras, puntos rojos, un árbol y una x, que seguramente delata el lugar del peor dolor de muelas.  Parece que en su mentón hay una aldea y las pestañas le crecen en una extraña posición, y sin embargo está vivo, continúa así para seguir encantando y provocando sueños.

Pobre monstruo de corazón oscuro… pobre monstruo de corazón con muros.

AUTORA: Beatriz Ofelia Zuluaga

Medellín (Colombia)

TALLER VIRTUAL 6