NOCHEBUENA
Iluminó sus pasos solo la penumbra
de la luna llena,
y andaba así, como buscando voces,
en los escombros de su corazón
y en las baldosas flojas de las
veredas.
Se iba la noche llevando a cuestas las
cicatrices
y las locuras que tienen los
poetas,
dejando atrás todas las navidades y
los vestigios de una mesa puesta,
pero aquella noche, rasgaba la
piel,
cegaba los ojos, hería la tierra.
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