Rosa
Montero nació en Madrid y estudió Periodismo y Psicología mientras
colaboraba con grupos de teatro
independiente como Tábano y Canon. Ha publicado
en diversos medios de comunicación y desde 1976
trabaja en exclusiva para “El
País”.
En “La loca de la casa”, uno de sus últimos
libros, la propia Rosa narra en primera persona a través de su
mente y de sus
recuerdos, ya sean verdaderos o no, multitud de historias, casos, citas y
ejemplos sobre
obras, escritores e incluso vivencias personales.
La autora abarca diversos géneros, es una combinación entre
autobiografía, ensayo y novela en una misma
obra. “La imaginación es la loca de
la casa”, es la cita de Santa Teresa de Jesús, de dónde ha tomado
Montero el
título de su libro, por ello tratará como tema central en toda su obra: la
imaginación.
Montero plantea una reflexión y a partir de ahí expone
su punto de vista apoyándose en la vida o las
opiniones de diferentes autores,
como Capote, Goethe, Kipling, Tolstoi.
He aquí algunos extractos de su obra:
·
La
narrativa es el arte primordial de los humanos. Para ser tenemos que narrarnos
y en ese cuento de nosotros mismos hay muchísimo cuento: nos mentimos, nos
imaginamos, nos engañamos. Nos inventamos nuestros recuerdos que es igual a
decir que nos inventamos a nosotros mismos, porque nuestra identidad reside en
la memoria, en el relato de nuestra biografía. Somos los autores de una única
novela cuya escritura nos lleva toda la existencia y en la que nos reservamos
el papel protagonista. Se escribe dentro de la cabeza. Uno se escribe siempre. Al
recordar, se escribe. (Pág.11)
·
Escribir
novelas es lo más parecido a una pasión amorosa. Todo el día estás pensando en
ella. Con la diferencia de que la aventura no necesita la colaboración de otra
persona. (Pág. 12)
·
En el
momento de gracia de la creación de un libro, te sientes tan impregnado por la
vida de esas criaturas imaginarias que para ti no existe el tiempo. Eres eterno
mientras inventas historias. Uno escribe siempre contra la muerte. (Pág.13)
·
El
escritor es un ser que no llega a hacerse adulto (Martin Amis) (Pág. 18)
·
Un
novelista es un hombre que oye voces, lo cual lo asemeja con un demente.
·
El novelista
tiene el privilegio de seguir siendo niño, de poder ser un loco, de mantener
contacto con lo informe. (Amis)
·
Escribir
es estar habitado por un revoltijo de fantasías. La realidad interior se
multiplica con el apoyo en “y si…” (Pág. 21)
·
Muchos
escritores se quedan prendidos y prendados de la imagen de una persona a la que
apenas si han visto unos instantes. Carson Mc Cullers llamaba iluminaciones a esos espasmos
premonitorios de aquello que aún no sabes, pero que ya se agolpa en los bordes
de tu conciencia en lo que se gestará la novela. (Pág. 23)
·
Las
novelas como los sueños nacen de un territorio profundo y movedizo que está más
allá de las palabras. Y en ese mundo saturnal y subterráneo reina la fantasía.
·
Los
narradores somos seres más disociados o tal vez más conscientes de la
disociación que los demás. Sabemos que dentro de nosotros somos muchos. Ser novelista
te permite no sólo vivir otras vidas, sino además inventártelas. (Pág. 29)
·
Las
novelas nacen de un algo ínfimo, una emoción, un rostro entrevisto en una
calle, una palabra…
·
El
pensamiento racional y la consciencia del yo destrozan la creatividad que es
una fuerza que debe fluir tan libre como el agua y abrir sus propios caminos,
sin que en ello intervengan el conocimiento ni la voluntad. (Pág. 50)
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