La luna inclina su punta menguante
anunciando el final de la jornada
y derrama su plata en
pincelada
como el fino pincel
de un dibujante.
El sembrado reluce
desafiante
desplegando la tierra
cultivada
será el premio final
de la peonada
la cosecha dorada y
abundante.
La luz
resplandeciente de la espiga
justifica el deber y
la fatiga
de aquellos
pertinaces campesinos.
La tenue luminaria de
la noche
dibuja con un tímido
derroche
la sombra de tranqueras
y molinos.
Seleccionada para integrar la Antología "POEMAS EN LA NOCHE" - Ojos Verdes Ediciones (Alicante- ESPAÑA)
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