De
aromas y colores…
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…brotaron aromas de sus colores neutros…
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El olor del papiro invadió los rincones…
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…los tonos y las gamas matizaban la infancia,
del rasgado retrato de los colores neutros.
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…y manó del retrato conocida fragancia que rozó
mi mejilla como si fuera un beso
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…el aroma del hogar entre los puños…
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…fragancias y sabores en la piel…
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…los aromas a patio con abuelos, las fragancias
de siestas sin apuro…
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…aún guardo el olor de aquel espacio…
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…pintándole acuarelas a mi geografía…
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…brotan luces de colores que van tiñendo la
siesta y van manchando el aire con destellos de acuarelas
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…y brotan los perfumes de la infancia salpicando
mis ojos de húmedos recuerdos…
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…de los senderos teñidos de acuarelas, aquellos
días de almíbar y de rosas…
De
sonidos…
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…el eco de una voz ausente, un tenue llamado,
provocó un vacío…
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…el arrullo narcótico…
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…notar cada tanto los sonidos de la ausencia…
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…de percibir en el silencio el murmullo de los
pasos, la respiración conocida, la palabra acostumbrada…
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…y aún siento alguna voz que ya no está, pegada
a mis oídos y a mi pecho.
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…donde los sones invadían los rincones, con
sonidos de trompetas y flautas…
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Oye ese murmullo, abuelo, del otro lado del mar
está tu idioma sonando…
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…y resuenan las voces de todos los duendes…
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…con la risa urgente…
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…porque digo hijo con miel en los labios, con
copla en la voz y plegaria en los dedos, con el tintineo de oídos alertas…
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…y el eco irrumpe en todos los rincones…
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Aún late el corazón en la campana…
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…y un manojo de aromas y sonidos guardados en
bolsillos de un guardapolvo viejo.
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…nuestros puños cobijan todavía un manojo de
aromas y de ecos, de palabras de abrigo…
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…recogíamos la risa de los ríos, los suspiros
del viento…
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…el detonar de un corcho…y un coro de cristales…el
eco de las copas estremece…
§
…un silencio interno que lacera…
Con tantos versos como
estos pinté cientos de imágenes en mi memoria y los pinté con acuarelas, más o
menos aguadas… por lágrimas quizás. Pasé, por ejemplo, de las lágrimas que
brotaron por tu carencia en “La última mirada” a las lágrimas por mi
carencia en “Intervalo”. Maravillosos esos versos. Realmente puedo afirmar tus
palabras: “Hay rincones y rincones. Los tuyos y los míos…” Tuyos que se hacen
míos en tus palabras. También reivindico el valor de embarcarnos en el
“Desafío” de ser salmones para no dejarnos llevar por la corriente, por lo
corriente, y esbozo sonrisas… y le agrego agua a las acuarelas, pero esta vez
con mates. Y sigo con la lectura de tus rincones.
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