Mañana, no sé,
pero hoy tengo ante mis ojos
un mundo en agonía,
la lluvia que moja, lluvia enferma,
son lágrimas que queman mis mejillas,
nos hemos gastado el aire puro,
andamos por bosques descartables,
con trajes de muerte, mostrando las heridas,
con grietas que sangran ríos en terapia
y flores de metal en sus orillas.
Mañana, no sé,
hoy huelo una tierra hipotecada,
hilvanada en fragmentos en su geografía,
alzando una plegaria silenciosa,
echando un manotazo hacia la vida,
con gemidos de montes devastados,
de hielos usurpados
convertidos en cenizas.
Mañana, no sé,
quizás juntemos los escombros
de aquella tierra que latía,
tal vez guardemos en museos
al oso polar, al panda y al gorila,
y sigamos andando, así, como si nada,
entre cielos manchados, disfrazando las llagas,
vestidos de caos y de hipocresía.
*Este poema fue citado en un diario de Bilbao (España) en 2018. Aquí, el artículo.
La manzana de Blancanieves
Por Jon Mujika - Viernes, 9 de Febrero de 2018 - Actualizado a las 06:00h
NO es aconsejable hincarles el diente todavía. Les hablo de las futuras manzanas de Zorrotzaurre, que florecerán mañana en tierras hoy contaminadas. Antes de que nazcan como si fuesen frutos del mismo árbol que alimentó a Blancanieves, contaminado, los impulsores de la última tierra prometida de Bilbao han comenzado a liberarse del más sabroso de los venenos, aquella contaminación que quedo como residuo del progreso a marchas forzadas. Durante tanto tiempo ha estado dormido ese territorio comanche de Bilbao que ahora uno corre el riesgo de besarlopara que despierte y que se le hinchen los labios. Antes de que eso ocurra han llamado a una brigada de cazafantasmaspara que ahuyenten los diablos de los restos nocivos. Es lo propio en estos casos.
Paso a paso, el progreso regresa a uno de sus antiguos hogares. Ha de guardar precauciones porque los solares recuerdan a un escenario posapocalíptico, como si el líder norcoreano Kim Jong-Un, esa personalidad llena de extravagancias, hubiese hecho allí algunas pruebas piloto. El futuro ya no será el que era, así que sean bienvenidas las sugerencias extraídas de las propuestas hechas por la ciudadanía en ese cuaderno de los recados y las buenas ideasque es el Plan General de Ordenación Urbana, también conocido como PGOU.
Veamos, ¿cómo se limpian cosas así, tierras a las que
durante años ha regado el mal? No parece una solución cabal llamar a un Míster.
Proper de la descontaminación sino que, supongo, habrán de activarse un
catálogo de ideas y un decálogo de compromisos. Mientras escribo esto me
vienen a la memoria aquellos versos de la poeta Beatriz Chiabrera de Marchisone
que decían “Mañana, no sé, /quizás juntemos los escombros/ de aquella tierra que
latía, /tal vez guardemos en museos /al oso polar, al panda y al gorila.”
Sobrecogen.
http://www.deia.com/2018/02/09/opinion/columnistas/el-sacacorchos/la-manzana-de-blancanieves
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