murmullo matutino de tostadas,
rendijas con el sol a media luz
entrando sin permiso, en la mañana.
Mesa tendida,
fragancias y sabores en la piel,
sabiendo a almíbares y a miel.
Bálsamo diario, remedio acostumbrado
que cura sin motivo y sin demora,
que busca el cobijo en la caricia,
en el silencio justo de las horas.
Cascada de presencias oportunas
sin razón ni fundamento,
palabra precisa que brota de los labios,
que desliza un alivio, que dibuja un consuelo.
Rincones simples, domésticos instantes,
que escapan audaces, sin aviso,
así, sin previas advertencias,
con la rapidez de un fugitivo.
Pero han de quedar, prendido a las cortinas,
en la retina, en la sangre, en la memoria,
el sabor triunfal de la cosecha,
del riego habitual y de la poda,
la esencia perenne del linaje,
el aroma de hogar entre los puños
y el arrullo cotidiano de las ollas.
4 comentarios:
Rincones simples, domésticos instantes...
Que hallazgo Beatriz en la simpleza de lo cotidiano.
Que el Señor Bendiga todos tu emprendimientos.
Beatriz haces de lo sencillo algo sublime, tu poema me ha gustadol mucho no es extraño que tengas ese curriculum de premios y citaciones que tienes con lo joven que eres ademas de guapa
Excelente Rincones simples, y muy bien buscado y trabajado el tema que trata. Sin dudas tus poemas son cada vez mejores.
Desde lo simple, armar un poema mundo... Felicidades!
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