Un adelanto de uno de los cuentos.
Sor Juana, mis respetos
Es muy poco lo que recuerdo de las clases de Literatura española del
secundario.
De Sor Juana Inés de la Cruz, apenas cuatro palabras:
“…necios hombres
que acusáis…”,
que acusáis…”,
y esto
se explica muy fácilmente porque en la edad
del secundario, una
escritura un tanto recargada y arcaica perdía puntos frente a los versos
frescos de García Lorca, el luminoso poeta granadino, que leían unos
ojos adolescentes cargados de hormonas y que decían:
“Esa noche corrí el mejor de los caminos, montado en potro de nácar,
escritura un tanto recargada y arcaica perdía puntos frente a los versos
frescos de García Lorca, el luminoso poeta granadino, que leían unos
ojos adolescentes cargados de hormonas y que decían:
“Esa noche corrí el mejor de los caminos, montado en potro de nácar,
sin
bridas y sin estribos…” ¡Esos versos sí que los
aprendimos enteros!...
Leo algunos datos sobre Sor
Juana, y empiezo a respetar a esta mujer.
Escribe con muchas palabras, es cierto, pero dice mucho más de lo
que escribe. Saltando sobre un montón de frases en latín y citas bíblicas
y patinando sobre un montón de palabras, que en nuestra época
se considerarían excesivas, leo lo que puedo de la “Carta a Sor Filotea”,
que no es sino el seudónimo del obispo de Puebla, su superior jerárquico,
quien había reprendido a Juana por sus escritos en los que ésta criticaba
los sermones de monseñor Vieyra, otro superior suyo. En su descargo,
Sor Juana repasa su biografía y su evolución intelectual, y su sed de
aprender todo lo que puede, en un deseo ilimitado de conocimientos,
haciendo gala de una fina ironía, frente a un superior que prácticamente
le está diciendo, traducido a nuestro idioma actual, que deje de estudiar
y vaya a lavar los platos.
Escribe con muchas palabras, es cierto, pero dice mucho más de lo
que escribe. Saltando sobre un montón de frases en latín y citas bíblicas
y patinando sobre un montón de palabras, que en nuestra época
se considerarían excesivas, leo lo que puedo de la “Carta a Sor Filotea”,
que no es sino el seudónimo del obispo de Puebla, su superior jerárquico,
quien había reprendido a Juana por sus escritos en los que ésta criticaba
los sermones de monseñor Vieyra, otro superior suyo. En su descargo,
Sor Juana repasa su biografía y su evolución intelectual, y su sed de
aprender todo lo que puede, en un deseo ilimitado de conocimientos,
haciendo gala de una fina ironía, frente a un superior que prácticamente
le está diciendo, traducido a nuestro idioma actual, que deje de estudiar
y vaya a lavar los platos.
Vivió entre lo años 1651 y 1695 y es en ese
contexto que hay que apreciar
su valor, su inteligencia y su figura como precursora del feminismo,
recordando que todavía faltaban muchos años de lucha. Todavía hoy,
algún desubicado repite una popular frase atribuida a Schopenauer:
“ La mujer es un ser de cabello largo y entendimiento corto”
su valor, su inteligencia y su figura como precursora del feminismo,
recordando que todavía faltaban muchos años de lucha. Todavía hoy,
algún desubicado repite una popular frase atribuida a Schopenauer:
“ La mujer es un ser de cabello largo y entendimiento corto”
Reproduzco dos fragmentos de la “Carta a Sor Filotea”:
“ Me ha hecho Dios la merced
de darme grandísimo amor a la
Verdad
y una poderosa inclinación hacia las Letras.”
y una poderosa inclinación hacia las Letras.”
Y es especialmente notable el
segundo:
“ Yo no estudio para escribir
y mucho menos para enseñar, que eso
fuera de mí desmedida soberbia, sino sólo por ver si por estudiar
ignoro menos”
fuera de mí desmedida soberbia, sino sólo por ver si por estudiar
ignoro menos”
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