A Pablo Neruda
Tu tierra me recuerda
una fina serpiente que escapa del planeta,
y entre tus papiros se escurre, desborda,cae al mar abrupto,
en las frías aguas de costas eternas,
surcan las gaviotas
entre los renglones, buscando tus odas,
desde Arica, donde el sol escalda,
hasta Punta Arenas,
deambulando libres, con un canto al pico,
se adueñan del cielo, de “tus versos tristes”,
derramando coplas por la Cordillera.
Las llagas supuran,
las heridas brotan, por las grietas térreas,
pero aquel murmullo de tu rima blanca,
pincela y arrulla, pregona y modela,
con recados simples, libres y desnudos,
y voces serenas.
Anduviste Pablo, por esos caminos,
con tu prosa a cuestas,
prodigaste tanta palabra,
que tu voz fue manantial y fue herramienta,
fue compañía, protección y sombra,
fue arma empuñada,
bebida que sacia,
y pan en la mesa,
regalaste luces,
al rey aburrido,
a la amante ansiosa,
al rebelde en lucha,
al hombre en su faena.
Anduviste Pablo,
tanto por tu tierra,
que a ella volviste
sembrando tu oda
indestructible y férrea.
Publicado en “Rincones y Acuarelas I”
La Imprenta Digital- Buenos Aires- 2019
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