Buenos Aires otorga pensiones de hasta 900 dólares mensuales a envejecientes escritores publicados, como Bernardo Kleiner, de 84 años. |
La capital argentina no se conforma con presumir a sus cavernosas librerías abiertas hasta después de la medianoche, sus anchas avenidas otrora recorridas por gigantes literarios de la talla de Jorge Luis Borges o, incluso, su extraño rascacielos gótico, el Palacio Barolo, inspirado por la "Divina Comedia" de Dante.
Ahora, los escritores tienen otro motivo para vivir en Buenos Aires: una pensión.
La ciudad entrega pensiones a escritores publicados en el marco de un programa que busca fortalecer la "columna vertebral de la sociedad", como lo indicaron los redactores de la ley, aprobada a fines de 2009.
Desde su reciente promulgación, más de 80 autores han recibido pensiones, que pueden alcanzar casi 900 dólares al mes y complementan jubilaciones a menudo magras.
"El programa es magnífico y otorga alguna dignidad a "quien dedicó su vida a la empresa literaria", apuntó Alberto Laiseca, de 71 años, uno de los beneficiarios, quien ha escrito más de una docena de novelas pertenecientes al género del terror, entre ellas "El jardín de las máquinas parlantes" y "Las aventuras del profesor Eusebio Filigranati".Ahora, los escritores tienen otro motivo para vivir en Buenos Aires: una pensión.
La ciudad entrega pensiones a escritores publicados en el marco de un programa que busca fortalecer la "columna vertebral de la sociedad", como lo indicaron los redactores de la ley, aprobada a fines de 2009.
Desde su reciente promulgación, más de 80 autores han recibido pensiones, que pueden alcanzar casi 900 dólares al mes y complementan jubilaciones a menudo magras.
Las pensiones reflejan cómo Argentina ha buscado reforzar la que ya es una de las tradiciones literarias más fuertes del mundo hispanoparlante; Borges, el aclamado autor de novelas cortas y poesía, viene espontáneamente a la mente, pero el país también produjo a numerosos otros escritores de renombre, como Domingo Faustino Sarmiento en el siglo 19 o los novelistas del siglo 20 Ernesto Sabato y Roberto Arlt.
Las pensiones subrayan a qué grado parece la Argentina actual vivir en una realidad alterna. Mientras algunas naciones europeas debaten la adopción de medidas de austeridad destinadas a limitar elevados déficits presupuestarios y refrenar extensos Estados de bienestar social, el país sudamericano hace crecer al suyo.
Los requisitos para obtener una pensión literaria son bastante estrictos.
Un autor debe tener al menos 60 años y haber escrito un mínimo de cinco libros publicados por editoriales conocidas. Están limitadas a los autores de ficción, poesía, ensayos literarios y teatro.
Cada pensión busca colocar el ingreso de los escritores jubilados al nivel del sueldo base de los funcionarios municipales.
"Preferimos no llamarlo pensión, sino más bien un subsidio en reconocimiento a la actividad literaria", expresó Graciela Aráoz, poeta que preside la Sociedad de Escritores Argentinos. "Se trata de fortalecer el acto placentero de leer, que nos evita convertirnos en el equivalente de zombis".
1 comentario:
Me pareció maravillosa esta determinación. Dignifica al ser humano como tal, y además como escritor, arte que refleja la historia de la humanidad y jerarquiza la cultura.Opino como escritora y como médica geriatra, siempre en búsqueda del reconocimiento honorable hacia las personas mayores.
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