qué sola y
lastimada, Patria mía,
sangras sin cesar
por tus rincones,
y no alcanzan los
ungüentos
para sanar todas tus
heridas.
No decaigas,
ya no trastabilles,
no permitas que
manchen tu bandera,
no te dejes ultrajar
por los bandidos,
por aquellos que
traicionan en tu nombre,
por los otros, que
afilan sus cuchillos.
Qué triste y
solitaria estás mi Patria,
qué lejos, te han
llevado, de tu cauce,
andas sin fuerza, y
con temores,
cargando una mochila
de injusticias,
sorteando a los
lobos
y la perenne amenaza
de sus fauces.
Resiste Patria mía,
no dejes que
despojen tus entrañas,
recoge las esquirlas
y fragmentos,
intenta nuevamente,
respira,
resiste en nombre de
tu pueblo.
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