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LIBROS PUBLICADOS POR LA AUTORA
(poesía y narrativa)
"DE LOS HIJOS" (2014)- Ediciones Mis Escritos (Bs. As.)

Rincones y Acuarelas I (Poesía) -2019- La Imprenta digital (Bs. As)

Rincones y Acuarelas II (Narrativa)- 2019- La Imprenta digital (Bs. As.)

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miércoles, 10 de junio de 2020

"El reino de los cuentos" (por Susana Solanes) TALLER VIRTUAL 4


  En el castillo, no solamente el rey estaba preocupado por la situación que vivía, también los ministros y los servidores, estaban sobresaltados. La cuestión era que la Princesa que era un poco poquito caprichosa, se le había ocurrido nada menos que:

  __ ¡No quiero oír más cuentos de princesas tontas que se vuelven viejas y rezongonas esperando que llegue el príncipe! ¡Ni cuentos de dragones, de brujas horribles ni de madrastras malvadas! ¡Quiero escuchar historias reales, de personas verdaderas!

  Los gritos de la Princesa se oían hasta el último rincón del castillo. Ya se habían caído los cuadros de los bisabuelos del rey y se había desarmado la armadura del vizconde fundador del castillo.  Ante esta situación tan desesperada, el rey consultó a sus asesores. Todos estaban de acuerdo en que eso no se había escuchado nunca.

 __ Lo que pide la Princesa es imposible. Durante años, todas las Princesas escucharon estos cuentos y ninguna se portó de una manera tan grosera __ dijo el maestro,  furioso. Y se fue.

  Cuando la situación era insostenible, apareció en la puerta del castillo, un trovador. Como el pueblo no era muy grande, ya se había enterado de la situación que afligía al rey. Entonces, pidió ser presentado ante Su Majestad. El rey estaba tan desesperado que lo recibió, aunque no tenía muchas esperanzas.

  __  Yo le contaré  buenos cuentos a la Princesa__ dijo el trovador.

  El Rey dijo que sí, los secretarios, los sirvientes, los soldados, dijeron que sí. Y el trovador marchó al pueblo a escuchar las historias que tenían los aldeanos. Ellos, gustosos, le contaron sus sueños, sus alegrías y  sus tristezas. A la semana, estaba nuevamente el trovador en el castillo. La ansiedad era inmensa. En el salón principal estaban el Rey y la Princesita, las damas, los nobles, los secretarios y los capitanes. Los que no pudieron entrar, espiaban por las ventanas y las puertas entreabiertas. El trovador saludó cortésmente a la Princesa y comenzó a contar:

  El primer cuento fue la historia del alfarero del pueblo que, aseguraba que sus vasijas eran las más hermosas porque traía la arcilla de un lugar escondido. Iba con su burro una vez a la semana y traía las alforjas llenas de material. Una vez se encontró con un ladrón y, éste al ver que no tenía nada de valor, quiso golpearlo. Pero él le habló y lo quitó de la mala senda. Ahora, era su ayudante.

El trovador, terminó la historia así:

  __ Esta historia es real, este cuento es verdadero. Y si no me lo creen, visiten al alfarero.

  Un silencio profundo se hizo en la sala, porque todos esperaban la reacción de la Princesita. La historia era bella y muy bien contada, pero todos conocían el carácter de la muchacha. Ella, solamente dijo:

  __ Quiero otro cuento como éste.

  Entonces el trovador contó la historia de una lavandera que se levantaba todos los días antes de que partieran las estrellas, y de su gallito, que la despertaba todos los días. De cómo ella le perfumaba el pico todos los medio días con agua de azahar, para que no se olvidara de cantar. Y terminaba la historia así:

  __ Esta historia es real, esta historia es verdadera. Y si no me lo creen, visiten a la lavandera__ Y así siguieron los relatos, del campanero y de cómo las campanas habían salvado una vez al pueblo de una inundación. Luego seguía la historia de las tres hijas del sastre que bordaban con hilos de oro y plata, según la tradición de los países de Oriente. El trovador, contó y cantó durante varias horas. Todos los presentes estaban deslumbrados, no sólo por las historias, sino por la forma en que las adornaba y les daba esa realidad que las hacía tan interesantes.

   La Princesita no hizo mayores comentarios. Al cabo de un rato, se levantó, agradeció al trovador por su labor y lo invitó para el otro día para que siguiera contando esas historias del pueblo. Así, el trovador se quedó en el reino para siempre.

   Luego de un tiempo, la Princesita se casó, y a sus hijos,  le contaba las historias que le gustaban. Historias reales, las historias del pueblo, llenas de amor y de vida.

AUTORA: Susana Solanes

Rosario (Santa Fe- Argentina)

TALLER VIRTUAL 4 

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