La repentina muerte de Carlos Fuentes se produce cuando aún resuena su conferencia del 1° de mayo en la Feria del Libro, donde se lo vio rozagante y del mejor humor. De 83 años, Fuentes fue internado a la mañana en el sanatorio Los Angeles del Pedregal, al sur del Distrito Federal, por una hemorragia gástrica sin antecedentes. Falleció una hora y media más tarde. En aquella charla de mayo el narrador, además un caudillo cultural en la tradición del historiador Alfonso Reyes y el poeta Octavio Paz, enlazó referencias de varios siglos en las que afirmó la rotunda superioridad de la literatura sobre la Historia, al tiempo que desplegó su voracidad de lector. Al concluir, insistió en firmar decenas de ejemplares de pie para una larguísima fila. Si el DF celebró sus 80 años con una agenda maratónica de invitados internacionales en su honor -”es nuestro tradicional estilo faraónico-azteca”, comentó un amigo suyo-, es claro que su figura pública como impulsor de lectura y polemista no tendrá heredero bajo el signo de los tiempos actuales.
Hijo de un diplomático mexicano, Carlos Fuentes nació en Ciudad de Panamá en 1928 y fue un cosmopolita feliz desde la niñez. Cursó la escuela en distintas capitales sudamericanas y tuvo un conocimiento profundo de Buenos Aires, una de las ciudades a las que siempre quería volver.
Diario Clarín (16-5-12)
Fue uno de los escritores más conocidos de finales del siglo XX, candidato al Premio Nobel de Literatura en reiteradas ocasiones y autor de novelas y ensayos, entre los que destacan Aura, La muerte de Artemio Cruz, La región más transparente y Terra Nostra. Ha recibido, entre otros, el Premio Rómulo Gallegos en 1977, el Cervantes en 1987, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1994 y en 2009 la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. Fue nombrado miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua en agosto de 2001.
Wikipedia
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