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(poesía y narrativa)
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viernes, 20 de diciembre de 2013

La leyenda de la araña de Navidad

Hubo una vez hace mucho, mucho tiempo, un hogar alemán en el que la madre se encargaba de limpiar la casa para celebrar el día más maravilloso del año.

Era el día en el que nacía Jesús, el día de la Navidad. Ella limpiaba y limpiaba para que no pudiera ser encontrada ni una sola mota de polvo. Incluso limpió esos rincones en donde en muchas ocasiones al hacer mucho tiempo que no se limpia suelen aparecer minúsculas telas de araña. Las pequeñas arañas, viendo sus telas destruidas, huyeron y subieron a algún rincón del ático.

Por fin llegó la víspera del Día de Navidad.

En esa casa colocaron y decoraron con mucho orgullo y alegría el árbol, y la madre se quedó junto a la chimenea, esperando que sus hijos bajaran de sus habitaciones. Sin embargo, las arañas, que habían sido desterradas tras la ardua limpieza de la madre, estaban desesperadas porque no iban a poder estar presentes en la mañana de Navidad. La araña más vieja y sabia sugirió que podían ver la escena a través de una pequeña rendija en el vestíbulo.

Silenciosamente, salieron del ático, bajaron las escaleras y se escondieron en la pequeña grieta que había en el vestíbulo. De repente la puerta se abrió y las arañas asustadas corrieron por toda la habitación. Se escondieron en el árbol de Navidad y se arrastraron de rama en rama, subiendo y bajando, buscando esconderse en las decoraciones más bonitas.

Cuando Santa Claus bajó por la chimenea aquella noche y se acercó al árbol, se dio cuenta con espanto que estaba lleno de arañas. Santa Claus sintió lástima de las pequeñas arañas, porque son criaturas de Dios, sin embargo pensó que la dueña de la casa no pensaría lo mismo que él.

De inmediato, con un toque de magia, golpeó un poco el árbol y convirtió a las arañas en largas tiras brillantes y luminosas.



Desde entonces, en Alemania, todos los años, los abuelos les cuentan a sus nietos la leyenda de las Arañas de Navidad, y colocan con ellos las guirnaldas brillantes de colores en el árbol.

Y cuenta la tradición que siempre hay que incluir una araña en medio de cada decoración.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermosa leyenda. Todo tiene un orígen y cada uno puede imaginarlo también.
Marta Susana

Maria Oreto dijo...

Bellísima leyenda, amiga mía. Gracias por compartirla.

Un abrazo y muy feliz Navidad

María Rosa Rzepka dijo...

Gracias Beatriz por compartir algo tan especial, tan para quedarse pensando en cuales son las cosas importantes de la vida y cuales pueden pasar a segundo plano. Te mando el mejor abrazo y todos los buenos deseos para esta Navidad y para cada día de tu vida. Un abrazo. María Rosa

Jorge Sombra dijo...

Gracias Beatriz, la leyenda no es más que el testimonio de cuánto nos falta para ser hijos de DIOS, hermanos de las arañas y de todas las criaturas.

Gloria Ocampo dijo...

Gracias por compartir creaciones tan bellas, pienso que desde hoy cada que mire mi árbol de navidad, veré la imagen de las arañitas. Felices fiestas y abrazo sororo desde Cali Colombia, Gloria O.

Korina dijo...

muy dulce, me encantó

Anónimo dijo...

Muy interesante, siempre concer esas costumbres de otros lugares es algo que nos da riquezas infinitas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Unknown dijo...

Beatriz: No sé si es una leyenda realmente o, es otra genial inventiva tuya. De cualquier manera ¡Es hermosa! y muy bien contada. Me gustaría volver atrás para poder contársela a mis hijos, ahora ya crecidos. Gracias por compartir. Gustavo