Cae el chorro de agua, la yerba ya se afloja,
y
entras sin permiso,
entrelazando
sorbos y secretos,
tu
sabor amargo fluye por las rendijas del alma,
como
un conjuro te deslizas por las manos,
y
me invitas al juego,
eres
cómplice de charlas sin tapujos,
tan
doméstico, tan íntimo,
compinche,
camarada, compañero,
sabes
a calor y a confidencias,
como
un brebaje que espanta soledades,
fiel
testigo de alivios y consuelos,
elixir
que empuja a hablar la vida,
a
romper con el silencio.
Mate,
acervo cultural de mi país
siempre
hay un rincón donde te encuentro,
escoltando
la labor del campesino,
en
la vigilia habitual del estudiante,
o animando
la jornada de un abuelo,
estarás
allí, donde suene una guitarra,
en
la buena noticia del amigo,
o en
cualquier vereda de mi pueblo,
quizás
bajo una lluvia de Abril,
en
una fresca mañana temprana
o en
una cálida tarde de Enero.
Siempre
avisas tu final, con un murmullo
que
resuena en la bombilla y en mi oído,
y
entonces, entonces habrá otra vuelta
para
empezar de nuevo.
1er Premio Certamen “Campo y Tradición”
(Gral Alvear- Mendoza)- 2015
1 comentario:
Que liiindo Beaaa!�� ...se me pianta un lagrimonnnn!, pensando en los mates y charlas juntas!❤❤��
����
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