POESÍA. NARRATIVA. INFORMACIÓN LITERARIA. CONCURSOS. AUTORES CLÁSICOS Y NÓVELES


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LIBROS PUBLICADOS POR LA AUTORA
(poesía y narrativa)
"DE LOS HIJOS" (2014)- Ediciones Mis Escritos (Bs. As.)

Rincones y Acuarelas I (Poesía) -2019- La Imprenta digital (Bs. As)

Rincones y Acuarelas II (Narrativa)- 2019- La Imprenta digital (Bs. As.)

Los encontrarás:
En Rafaela (Santa Fe): en Librerías "EL SABER", "PAIDEIA" y "FABER".
En San Francisco (Córdoba): en Librería "COLLINO"
y en otras librerías del país.

lunes, 27 de febrero de 2012

Cuna (José Pedroni)

(Gálvez  1899- Mar del Plata 1968)
Haz con tus propias manos
la cuna de tu hijo.
Que tu mujer te vea
cortar el paraíso.

Para colgar del techo,
como en los tiempos idos
que volverán un día.
Hazla como te digo.

Trabajarás de noche.
Que se oiga tu martillo.
"Estás haciendo la cuna"
que diga tu vecino.

Alguna vez la sangre
te manchará el anillo.
Que tu mujer la enjuague.
Que manche su vestido.

Las noches serán blancas,
de columpiado pino.
Harás según el árbol
la cuna de tu niño.

Para que tenga el sueño
en su oquedad de nido.
Para que tenga el ángel
en un oculto grillo.

La obra será tuya.
Verás que no es lo mismo.
Será como tus brazos
la cuna de tu hijo.

Se mecerá con aire.
Te acordarás del pino.
Dirás: "Duerme en mi cuna".
Verás que no es lo mismo.

viernes, 24 de febrero de 2012

Origen del Carnaval

Carnaval de Venecia
La celebración del Carnaval tiene su origen en fiestas paganas como las que se hacían en honor a Baco, Dios del vino, las saturnalias en honor a Saturno, Dios de la siembra y las cosechas, y las lupercalias romanas, en honor al Dios Pan, así como las que se realizaban en honor del buey Apis en Egipto.
La palabra “carnaval” parece provenir de “carrus navalis” (carro naval) que llamaban los romanos al barco sobre ruedas que transportaba en las bacanales, a modo de carroza, al sacerdote de Baco.
Al principio de la Edad Media la iglesia católica propuso una etimología de carnaval, que supuestamente viene del latín vulgar carnem-levare o carnelevarium, que significaba “abandonar la carne”, lo cual, era la prescripción obligatoria para todo el pueblo durante todos los viernes de Cuaresma.
El Carnaval se celebra generalmente en países con tradición cristiana. En muchos lugares se celebra durante tres días, llamándose fiestas carnestolendas, y son los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza, que es el día en que comienza la cuaresma en el Calendario Cristiano. De esta manera, el pueblo celebra y se prepara durante tres días comiendo, bebiendo y bailando antes de ese período de abstinencia que sugiere la cuaresma.
El pueblo, que por naturaleza no aguanta por mucho tiempo las reglas y prohibiciones, convirtió este "abandono de la carne" en un “culto a la carne”, creando así, uno de los eventos más refrescantes y catárticos que puede experimentar el ser humano, al disfrazarse, asumir otras personalidades o enmascararse.
Esta “locura” comunal, en donde podemos experimentar la trasgresión de las normas establecidas, el protagonismo de la burla, la sátira, el desenfreno y la promiscuidad, nos hace dudar a algunos, acerca de cual debería ser nuestro estado natural de comportamiento en sociedad.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Casi como un hijo (de la autora)

La parí una tarde lluviosa de otoño
cuando en las ventanas las gotas golpeaban,
así, de repente, casi sin pensarlo,
sobre el blanco papel vi cómo rimaba.
Jugaban los verbos con los sustantivos,
los puntos, las comas, su lugar buscaban,
y los adjetivos peleaban su espacio
con algún sinónimo vestido de magia.

Escribí y taché unas tantas veces,
y otras tantas veces la dejé guardada
y con mucha paciencia la fui modelando,
y la fui esculpiendo como a una estatua.
Surgió así, de a poco, y en algún momento,
hasta pareció que alguien me dictaba,
escuché murmullos y entre los silencios,
sin imaginarlo, brotó la palabra.

Casi como un hijo que toma tu mano
me dio tanto placer verla terminada,
que me trasladó por senderos nuevos
plagados de flores y de lunas blancas.
Noté los perfumes y las melodías,
las luces y sombras mientras caminaba
y me llenó el pecho de tanta frescura,
casi como un hijo que te llena el alma.


Publicado por la autora en el libro “SENTATE QUE TE CUENTO”- Editorial De los cuatro vientos- Bs.As- 2009 

domingo, 5 de febrero de 2012

Hasta mañana (Mario Benedetti)

(Uruguay- 1920-2009)


Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte, que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño
que a Dios invoco, pero no le pido
nada, con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido
por malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?
Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.
No me digan cuando me despierte.

miércoles, 1 de febrero de 2012

La dama de los versos (de la autora)

A los audaces, de cualquier edad

     La mujer venía caminando por el alfombrado pasillo central. Su andar, lento y desparejo, hacía que todos la miraran, pero a ella no le importaba. Llevaba, en una mano, un bastón y en la otra,  unos folletos cuyo título era: Amelia Ammache, Poesías.
     Nosotros estábamos tomando un café en el Pabellón Azul, en la Feria del Libro de Buenos Aires donde yo iba a presentar mi libro, y la vimos acercarse, esquivando con dificultad las sillas que le obstruían el camino. Ya había pasado por otras mesas ofreciendo, a dos pesos, los papeles impresos que contenían sus obras. Con mucho respeto, nos pidió permiso y nos dejó un folleto a cada uno, que constaba, simplemente, de una página plegada en la que se podían leer seis o siete de sus poemas, y al poco rato, tiempo suficiente que nos permitiera echarles un vistazo,  pasó a ver si nos lo quedábamos.
      Sus más de ochenta años, según me atreví a deducir,  no le habían impedido salir de su casa y recorrer la Feria para darlos a conocer, aunque quizás alguien había intentado persuadirla de no hacerlo. Seguramente. Quizás, estuvo lidiando con algún nieto que, no sin razón, trató de detenerla. Pero ella estaba allí. Allí, donde importantes autores eran protagonistas en distintos stands, presentando y firmando libros, dando charlas y conferencias, y donde otros tantos escritores desconocidos habíamos osado presentar los nuestros, allí estaba Amelia, con una permanente sonrisa en su cara, elegantemente vestida, deambulando con paciencia por los atestados pasillos de la Exposición, invitando a la gente a leer esas rimas que alguna vez escribió. Cualquiera que la viera podría pensar que era una dama de la alta sociedad porteña que iba al encuentro de otras amigas de su edad para tomar el té en alguna paqueta confitería de Buenos Aires. Su imagen irradiaba eso. Pero no era su caso. Lejos de parecerme una barbaridad que ella estuviera caminando sola entre tanta gente, admiré su valentía, elogié sus ganas y envidié su espíritu. Algo la llevaba a entregar esos versos a gente anónima, cuya opinión nunca conocería. Ni siquiera sabía si los leerían o simplemente los dejarían abandonados sobre la mesa, cuando ella se hubiera marchado. Sin embargo, algo la impulsaba a mover su cuerpo con esfuerzo. Algo de todo eso la alegraba y le completaba la vida.  Me emocioné con sólo pensarlo.
     Por supuesto, nos quedamos con el folleto. Todos en la mesa lo hicieron. No por lástima, sino valorando esa energía y esa voluntad tan difícil de encontrar, e intentando conocer un poco más de esa anciana audaz y desconocida.
     Cuando llegué a casa y recorrí los renglones de sus rimas, me encontré tratando de imaginar su vida. La imaginé sentada ante un antiguo escritorio frente a un gran ventanal que daba a un parque, levantando la vista de a ratos, para buscar inspiración entre los sauces del fondo de una gran mansión, que menciona en un verso de uno de sus poemas. La imaginé, aún hoy, con sus manos arrugadas, tomando una lapicera y escribiendo, casi dibujando palabras con su pulso tembloroso pero con su mente lúcida y sus ideas claras. La imaginé dejando caer una lágrima sobre esos papeles, que la invadían de recuerdos al releerlos. Noté que un trozo de ella estaba en cada línea de cada estrofa. Un poco de sus pensamientos, de sus dolores, de sus amores pasados, florecían con cada verso. Allí, en esos escritos, quedaría Amelia, aunque alguna vez se fuera para siempre. Y creo, estoy segura, que ese era su objetivo.    
     Nunca más supe de ella. Ni siquiera sé si su nombre es el real o un seudónimo, con los que suelen firmar muchos poetas. Sin embargo, me bastaron esos pocos minutos para percibir que la mujer estaba feliz. Se le notaba en la cara. En sus ojos, bordeados por las líneas del tiempo, se reflejaba que había sido suficiente con que nosotros decidiéramos quedarnos con su pequeño cuadernillo de versos.
Hojeando páginas encuentro
palabras locas y exaltadas
por la ternura y la pasión
hoy las comparo, en desmedro
en la absurda soledad de mi mansión.
Amelia Ammache
                                            
Publicado por la autora en el libro “FOTOGRAFÍAS DEL ALMA”- Edición de autor- Rafaela- Argentina- 2011

sábado, 28 de enero de 2012

Finalistas del Concurso Literario "CUBA CON DOLOR EN EL CORAZÓN" ( 2011)

Concurso internacional realizado en Madrid.  El concurso, que se desarrolla como parte de la actual campaña de sensibilización de la ONGD Ceninfec (Centro de Información y Documentación de Estudios Cubanos), cuenta con el co-auspicio de la Agencia de Cooperación para el Desarrollo de la Comunidad de Madrid.Con 142 obras presentadas por autores de 11 nacionalidades, los autores finalistas, -entre los que se premiarán las obras el próximo día 24 de febrero- son:



http://cubamatinal.es/proyecto-cuba-con-dolor-en-el-corazon/

jueves, 26 de enero de 2012

DECÁLOGO DEL ESCRITOR (por AUGUSTO MONTERROSO)


(Tegucigalpa- 1921- México- 2003)
Conocido por sus relatos breves e hiperbreves
Primero.
Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.

Segundo.
No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.

Tercero.
En ninguna circunstancia olvides el célebre dictum: "En literatura no hay nada escrito".

Cuarto.
Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.

Quinto.
Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.

Sexto.
Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.

Séptimo.
No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.

Octavo.
Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.

Noveno.
Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.

Décimo.
Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.

Undécimo.
No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.

Duodécimo.
Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratara de tocarte el saco en la calle, ni te señalara con el dedo en el supermercado.

El autor da la opción al escritor, de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes diez.

domingo, 22 de enero de 2012

Volverán las oscuras golondrinas

Gustavo Adolfo Becquer 
(Sevilla 1836- Madrid 1870 )


Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala en sus cristales
     jugando llamarán;
pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
     Esas... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez en la tarde, aún más hermosas
     sus flores se abrirán;
pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
     Esas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
     tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate...
     ¡Así no te querrán!

jueves, 19 de enero de 2012

Grietas (de la autora)

Mundo tan convulsionado,
todo colmado de grietas,
aparecen por doquier,
ajan, lastiman, enferman,
dibujando un caminito
en maniáticas volteretas,
frágiles e impredecibles,
quebradizas, cenicientas.

Asoman en las paredes
con caprichosa apariencia,
o amenazantes emergen
resquebrajando la tierra,
formando un curso profundo
desafiando la existencia,
o provocando a la vida
con retadora presencia.

Hombre tan atormentado,
atiborrado de grietas,
las de la piel, que se ven,
las otras, que no se muestran,
forman los huecos del alma,
fisuras que dejan huellas,
que revelan cicatrices,
heridas y penas muertas.

Las rendijas de la vida
y las grietas de la tierra,
no sólo apenan al hombre,
lo consuman, lo completan,
acabando el modelado,
esculpiendo sus facetas,
y revelando las causas
de su mortal existencia.


Publicado por la autora en el libro "FOTOGRAFÍAS DEL ALMA"- Edición de autor- Rafaela- Argentina- 2011 

sábado, 14 de enero de 2012

Vidrieras (de la autora)

Vidrieras. Vidrieras pulcras,
paquetas y ornamentadas,
maniquíes de madera
con su cara maquillada,
con movimientos medidos,
con sonrisas dibujadas,
con gestos bien ensayados,
y pelucas bien peinadas.

Todo fino y agraciado,
siguiendo la última moda,
con trajes de hipocresía
y los vestidos en boga,
todos con la misma imagen,
todos con la misma forma,
sin rol, sin identidad,
todos parte de una nómina.

Vidrieras de falsedades,
de disfraces y apariencias,
con actitudes y frases
en tentadoras ofertas,
pensamientos repetidos,
imágenes con caretas,
simulacros de la vida,
verdades en decadencia.

Publicado por la autora en el libro "FOTOGRAFÍAS DEL ALMA"- Edición de autor- Rafaela- Argentina- 2011 

domingo, 8 de enero de 2012

La marioneta (de la autora)

Muñeco de porte triste
todo enredado en tus cuerdas,
no resuelves ni decides
otras manos te manejan.

Monigote de escenarios
que te inventan las escenas,
despiertas risas o llantos,
emociones verdaderas.

Permaneces todo el tiempo
en tu caja de madera
hasta el comienzo de tu acto,
hasta que tu rutina empieza.

Oh! Cuántos hombres adquieren,
tu forma de marioneta,
con manos que los maniobran
enredándose en sus cuerdas.

Y no saben cómo hacer
para cortar esas riendas,
para soltar esos lazos,
para salir de la escena.

Marioneta, sé que ignoras,
entre tus hilos y telas,
cuánta más alma desbordas,
cuánta más vida reflejas.
                                                  
Publicado por la autora en el libro "FOTOGRAFÍAS DEL ALMA"- Edición de autor- Rafaela- Argentina- 2011 

jueves, 5 de enero de 2012

La Escritura en la Escuela


PROF. SUSANA B. GONZÁLEZ
Resulta alarmante para los docentes de la Escuela Media observar que alrededor del 75% de sus alumnos escriben con letra de imprenta y aún más lamentable descubrir que muchos de ellos no saben hacerlo de otra forma.
Sin intención de querer dictar recetas didáctico-pedagógicas, creo conveniente determinar en qué etapa del proceso enseñanza-aprendizaje de la Escuela Elemental se halla la causa de esta grave falencia.
Para ello, es necesario delimitar con definiciones precisas los diferentes campos de la Lengua que están involucrados en este proceso:
1) La lectura es una actividad principalmente intelectual en la que intervienen dos aspectos fundamentales: uno físico, la percepción visual, y otro mental, la comprensión de lo leído. Ambos aspectos, estrechamente relacionados, son de capital importancia, ya que de su adecuado desarrollo depende la eficacia de los resultados.
2) La escritura es un proceso mecánico, una destreza psicomotriz mediante la cual se aprende a escribir palabras y oraciones y, justamente, de ese ejercicio sistemático y progresivo, depende su soltura y legibilidad.
3) La composición o producción de texto es el proceso más intelectual y complejo y necesita, para su eficaz desarrollo, del buen manejo de las otras dos actividades.
Si bien es conveniente que el aprendizaje de la lecto-escritura se realice en forma simultánea, la adquisición de la escritura como tal es un camino más lento. Igual que  para toda destreza, el niño necesita de un tiempo de aprestamiento previo que se logra, en la etapa preescolar, a través del dibujo y del garabato.
En la infancia, la escritura está en vías de formación, sigue un modelo caligráfico escolar de una manera más o menos fiel, de ahí que sea tan importante la buena caligrafía del maestro. 
El niño es un gran imitador que además sabe distinguir por intuición las formas bellas o armoniosas de las que no lo son. Por esa razón el docente debe comenzar a encauzar, en él, un juicio crítico y estético.
Es necesario, por otra parte, que el maestro asuma una postura ejemplar, normativa y enriquecedora. Ejemplar porque debe servir de modelo, en este caso, a través de una caligrafía clara y correcta. Normativa, al tener que establecer normas para que los alumnos escriban con letra legible, prolija y espontánea. Finalmente debe ser enriquecedora porque, además de aportar sugerencias, debe enseñar a reconocer y valorar cada tipo de letra a fin de poder seleccionar luego la más adecuada para cada ocasión. Esto último nos lleva a tener en cuenta el manejo de dos grafías diferentes: la cursiva y la imprenta.
Los métodos actuales de la enseñanza de la Lengua sostienen que, para obtener resultados más rápidos, los alumnos deben dar sus primeros pasos en el aprendizaje de la lecto-escritura utilizando el abecedario en imprenta, primero, mayúscula y luego, minúscula.
Sin ánimo ni autoridad para poner en tela de juicio estos conceptos, considero de suma importancia que los maestros no deben dejar de lado la enseñanza de la letra cursiva, ni perder de vista el proceso de su adquisición y afianzamiento, ya que es un ingrediente más en la formación del perfil del educando.
La escritura cursiva es una sucesión de rasgos ascendentes y descendentes de distinta longitud que se unen entre sí de diversas formas: a) en ángulo (propia de los varones) b) redondeada o guirnalda (común en las niñas).
Si bien su aprendizaje parte de un modelo, cada alumno  impone en él su estilo. Sus rasgos se van modificando conforme a su crecimiento y maduración.
La misión del maestro es procurar, por un lado, que la caligrafía de los alumnos no pierda legibilidad, y por otro, preservar, en cada uno de ellos, su estilo personal.
La escritura en imprenta debe ser tomada como la adquisición y adaptación  automática y pasiva de un modelo convencional. Estos signos neutros distan mucho de reflejar los rasgos distintivos del alumno. Y por lo tanto no debe considerarse como una escritura personal sino de alternativa o de uso ocasional.
La fuerza de la escritura reside en la vitalidad de sus trazos De ahí que los estudios grafológicos permitan conocer a través de ella, el carácter, el sexo, los gustos y hasta la salud física y mental de la persona.
Es común por otra parte que tanto maestros como profesores reconozcamos a nuestros alumnos por su letra. La escritura cursiva es mucho más emotiva y elocuente de la vida de un hombre que la de imprenta.
Otro factor que contribuye, además, a la despersonalización de la escritura, es el manejo excesivo  de la computadora desde temprana edad. Se ha comprobado que muchos niños de cinco y seis años comienzan a escribir sus primeras palabras pulsando en forma mecánica las teclas de la máquina y no afianzando la destreza motriz con el uso del lápiz.
Creo que, en esta sociedad globalizada y tecnocrática,  tanto padres como docentes debemos contribuir a que nuestros niños adquieran una identidad propia, con rasgos bien definidos. Procurar que aprendan y afiancen el manejo de una correcta escritura cursiva como parte de su expresión libre ya es un buen comienzo.

Autora: Susana B. González, susyg@arnet.com.ar, D.N.I.11650085, Profesora de Enseñanza Media y Superior en Letras, Docente en el Nivel Secundario y Terciario de la Provincia. Coordinadora de Talleres de Redacción Administrativa para el personal de empresas en el ámbito estatal y privado.

Domicilio: San Lorenzo 224 Pso.4to. Mendoza Tel. 4293577 

lunes, 2 de enero de 2012

Los Hijos Infinitos

Andrés Eloy Blanco (Venezuela- 1896-1955)

Cuando se tiene un hijo,
se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera,
se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga
y al del coche que empuja la institutriz inglesa
y al niño gringo que carga la criolla
y al niño blanco que carga la negra
y al niño indio que carga la india
y al niño negro que carga la tierra.
Cuando se tiene un hijo, se tienen tantos niños
que la calle se llena
y la plaza y el puente
y el mercado y la iglesia
y es nuestro cualquier niño cuando cruza la calle
y el coche lo atropella
y cuando se asoma al balcón
y cuando se arrima a la alberca;
y cuando un niño grita, no sabemos
si lo nuestro es el grito o es el niño,
y si le sangran y se queja,
por el momento no sabríamos
si el ¡ay! es suyo o si la sangre es nuestra.
Cuando se tiene un hijo, es nuestro el niño
que acompaña a la ciega
y las Meninas y la misma enana
y el Príncipe de Francia y su Princesa
y el que tiene San Antonio en los brazos
y el que tiene la Coromoto en las piernas.
Cuando se tiene un hijo, toda risa nos cala,
todo llanto nos crispa, venga de donde venga.
Cuando se tiene un hijo, se tiene el mundo adentro
y el corazón afuera.
Y cuando se tienen dos hijos
se tienen todos los hijos de la tierra,
los millones de hijos con que las tierras lloran,
con que las madres ríen, con que los mundos sueñan,
los que Paul Fort quería con las manos unidas
para que el mundo fuera la canción de una rueda,
los que el Hombre de Estado, que tiene un lindo niño,
quiere con Dios adentro y las tripas afuera,
los que escaparon de Herodes para caer en Hiroshima
entreabiertos los ojos, como los niños de la guerra,
porque basta para que salga toda la luz de un niño
una rendija china o una mirada japonesa.
Cuando se tienen dos hijos
se tiene todo el miedo del planeta,
todo el miedo a los hombres luminosos
que quieren asesinar la luz y arriar las velas
y ensangrentar las pelotas de goma
y zambullir en llanto ferrocarriles de cuerda.
Cuando se tienen dos hijos
se tiene la alegría y el ¡ay! del mundo en dos cabezas,
toda la angustia y toda la esperanza,
la luz y el llanto, a ver cuál es el que nos llega,
si el modo de llorar del universo
o el modo de alumbrar de las estrellas.

sábado, 31 de diciembre de 2011

La ola (de la autora)

"La ambición jamás se detiene, ni siquiera en la cima de la grandeza."
Napoleón Bonaparte.

Comenzó muy lentamente,
con un leve movimiento,
se acercaba y se alejaba
siempre llevando y trayendo,
haciendo un ligero ruido,
como creando misterio,
como planteando un enigma,
sin revelar su secreto.

Nadie supo bien la causa
del aumento de su fuerza,
que fue creciendo de a poco,
sin encontrar resistencia,
un impulso muy extraño
como extraña era su esencia
que comenzó a causar daños
con su dañina potencia.

Ya nada pudo pararla,
arrastró casas y gente,
arrasó con las ideas
de honestos y de inocentes,
castigó a los indefensos,
poderosos e indigentes,
ya nadie quedaba al margen
de la nociva corriente.

Quedó demasiado poco
sólo trozos y fragmentos,
sólo pedazos y piezas
todos sueltos por el suelo,
todo fue ruina y desastre,
destrucción, decaimiento,
y luego se detuvo el ruido,
y se alejó simplemente,
con un leve movimiento.


Publicado por la autora en el libro "FOTOGRAFÍAS DEL ALMA" - Rafaela- 2011- Edición de autor  

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Hay manos (de la autora)

Hay manos que orientan los caminos,
algunas acarician, otras calman,
curan las heridas de los cuerpos castigados
aunque ellas lleven cicatrices en el alma.

Hay manos con habilidades y experiencias,
que la vida fue entrenando a cachetadas,
sin educación formal y sin escuela,
sus cayos, sus arrugas las delatan.

Hay manos que parecen tan distintas,
manos mestizas, manos negras, manos blancas,
lo mismo sirven para propiciar una caricia
o contestar con una fuerte bofetada.

Hay manos ruidosas y manos silenciosas,
manos que se expresan sin palabras,
manos sinceras, que aplauden con conciencia
y otras que aplauden cuando son recompensadas.

Hay manos limpias… y también hay manos sucias
que no se limpian tan solo con lavarlas,
y andan así, como si nada,  por la vida,
con el corazón quieto y las manos bien manchadas.

Hay manos que castigan y dominan,
a un país que produce y pelea por su patria,
aquellas que dirigen con un dedo
el futuro impredecible de un pueblo que trabaja.

Hay manos que no pueden decidir su propia vida,
manos con esposas, inmóviles o atadas,
que jamás llegarán al final de su camino,
por aquellas que firman decretos u ordenanzas.

También hay muchas manos con historias
que ya nunca podrán ser descifradas,
aquellas que llevaron los secretos a sus tumbas,
grabados  con fuego en las líneas de sus palmas.

Y están las otras manos, más pequeñas,
sinceras, inocentes y aún no contaminadas,
descubriendo, de a poco, un mundo real que las golpea
y que va dejando huellas profundas en sus almas.

Hijo, conserva tus manos eternamente puras
y bríndalas, cuando sean necesarias,
y por las noches, júntalas en un ruego permanente
por mantenerlas siempre libres y sin manchas.
                                                              
Publicado por la autora en el libro “SENTATE QUE TE CUENTO”- Editorial De los cuatro vientos- Bs.As- 2009    

miércoles, 21 de diciembre de 2011

La imagen (de la autora)


Vírgen del Campanario (Chilecito- La Rioja)
     Confieso que fui al lugar con una total incredulidad con respecto a lo que me dijeron que se veía. Lo hacen como una forma de atraer al turismo, pensé.
    Esa mañana, cuando llegamos a Chilecito, fuimos directamente a la oficina de información para averiguar sobre los paseos o excursiones que podríamos realizar durante nuestra corta estadía. La empleada nos marcó en el mapa de la ciudad los recorridos panorámicos, históricos y culturales que forman parte del circuito turístico: las bodegas y viñedos, las antiguas estaciones del cable carril que aún llega a la cima de la montaña y con el que los ingleses transportaban el oro que extraían de la mina “La mejicana” a principios de siglo, la visita a los últimos lavadores de oro en Famatina y el jardín botánico de cactáceas. Pero antes de irnos de la oficina nos contó que había una visita nocturna que no podíamos dejar de realizar. En la Capilla Santo Domingo, cuando cae la noche, nos dijo, se ve la imagen de la Virgen María reflejada dentro del campanario. Nos miramos atónitos ya que ninguno de nosotros había tenido una experiencia semejante de poder ver este tipo de apariciones, si es que así podíamos llamarla. Decidimos que esa misma noche iríamos a la capilla frente a la plaza.
     A la tardecita, luego de volver de nuestra jornada de turismo y bañarnos, fuimos al centro de la ciudad esperando con ansias las luces de la noche para nuestra visita religiosa. En seguida la localizamos, blanca, pequeña y bien iluminada y con una torre en su costado izquierdo, dentro de la cual se halla la campana. Había gente sentada en sillones en la vereda de la plaza que da a la entrada principal de la parroquia y otros tantos parados, con la vista fija en el campanario. La calle estaba cortada a la circulación de vehículos para que las personas pudieran acercarse y observar con tranquilidad. Con ansiedad, nos dirigimos hacia allí en un paso apresurado, siempre mirando hacia arriba, como no queriendo dejar escapar lo que podíamos llegar a ver, convencidos de que “si hay gente mirando es porque algo se ve”. A medida que nos acercábamos notamos que algo blanco resaltaba dentro de la torre oscura. Y allí estaba. Claramente se veía la imagen de la Virgen orando, con las manos juntas, apoyadas sobre un púlpito y con la cabeza levemente inclinada hacia adelante. Aunque no era mi caso, algunos decían que se veía también una paloma posada sobre el púlpito. Lo primero que se cruzó por nuestras mentes, confirmando nuestra inmediata incapacidad de aceptar el fenómeno, fue que había una estatua de yeso dentro de la torre, por la claridad tridimensional de la imagen. Sin embargo, los vecinos de  la ciudad que se encontraban en el lugar nos aseguraron que era un reflejo de luz en la pared plana, cuyas perfectas luces y sombras formaban esa bella aparición, que no había dejado de verse desde la primera vez que ocurrió, el 29 de septiembre de 2006. Sólo desaparecía con las primeras luces del día. Se me puso la piel de gallina y se me llenaron los ojos de lágrimas. Un aluvión de preguntas que, sabía que no tendrían respuesta, me invadieron de pronto. ¿Cómo podía ser que esto tan maravilloso ocurriera, justamente, dentro del campanario de la capilla? ¿Por qué había comenzado a verse de un día para otro sin haber cambiado la iluminación que daba a la torre? ¿Me creerían cuando contara lo que vi? ¿Entenderían lo que sentí? “Dichosos los que creen sin ver”, había dicho Jesús. Las preguntas estaban de más. Las respuestas también. Además, no importaban. Sólo quedaba entender que desde la aparición de la imagen de la Virgen ya nada había sido igual para la gente de Chilecito. “No fue un día más” se lee al pie de una pintura que se encuentra dentro del templo y que refleja lo que ocurrió esa mágica jornada. Es un signo mariano con un mensaje de esperanza, nos dijo una mujer, mientras miraba hacia la torre. Fue suficiente ver la sonrisa en su cara y la luz en sus ojos transmitiendo la alegría de saber que, esta vez, ellos… habían sido los elegidos.

Publicado por la autora en el libro "FOTOGRAFÍAS DEL ALMA" - Rafaela- 2011- Edición de autor                                                

viernes, 16 de diciembre de 2011

Casi desbordas (de la autora)

Dijo Charles Darwin de Chile:
“¡qué admirable país para recorrerlo a pie!”

Casi desbordas de la cartografía
serpenteantes, finas se dibujan tus tierras,
como cayéndose de pronto al mar,
en las aguas que enfrían esas costas eternas.

Deambulan las gaviotas por tus playas doradas
llevando recados de Arica a Punta Arenas,
los Andes te custodian, emergentes testigos
de las huellas dejadas por pasiones y guerras.

Los balcones de Viña redundan de malvones,
inspirando el fervor del cantor y el poeta,
como el eterno Pablo, que pintó con palabras
las heridas del alma, el amor por la tierra.

Más allá de las llagas, a pesar de los golpes,
orgullosa, altiva, flamea tu bandera,
y fluye sangre joven, que aviva el fuego nuevo
que corre por las venas de la estirpe chilena.

Publicado en el libro "FOTOGRAFÍAS DEL ALMA" - Edición de autor- Rafaela 2011

jueves, 8 de diciembre de 2011

La zorra (de la autora)

Esta es la historia de una zorra, que trajeron, hace un tiempo, del campo al pueblo y no tardó en adaptarse como parte nuestra comunidad. Se instaló en un sector que, podríamos decir, es donde hay más movimiento y la entrada obligada para todo el que llega a Clucellas, un pequeño pueblito agrícola-ganadero de la provincia de Santa Fe, en Argentina. Comenzamos a llamarla “La Zorri”.
En seguida se ganó la simpatía de todos los vecinos, incluso de las sociedades canina y felina que habitaban el barrio y que la tomaron como un entretenimiento diferente, ya que frecuentemente se la veía jugar con integrantes de estos dos grupos. Era común verla transitar por patios y jardines o frentes de casas, cuyos dueños trataban de no hacer ruido para no espantarla, y mantenerla un ratito más, como si fuera su mascota. Nadie sabía bien donde dormía porque siempre “aparecía” y todos le daban de comer. Cuando veía que alguien le traía comida, se acercaba lentamente, calculando la distancia, y esperaba que la persona se alejara para recién tomar su ración. A veces, se alimentaba de los balanceados de los perros y gatos que robaba con mucha astucia, mientras el verdadero dueño de la comida estaba distraído.
Formaba parte, también, de las reuniones sociales, durante el transcurso de las cuales comía de las sobras que “caían” al suelo. Era habitué, por ejemplo, de un club del barrio donde semanalmente un grupo de amigos se reunían a comer y donde ella era también protagonista, pasaba casi desapercibida alrededor de la mesa, sin acercarse demasiado, hasta que alguien le tiraba algún pedacito y entonces salía a gran velocidad con el preciado trofeo. Por las mañanas, asistía al izamiento de la bandera en la escuela primaria, lo que distraía la atención de los alumnos que cantaban “Aurora” parados en la fila. Y por las tardes concurría al “campito” donde los chicos se juntaban a jugar al fútbol, ella los provocaba e intentaba quitarles la pelota sin ninguna intención de atacarlos o se quedaba en un extremo de la canchita observándolos mientras jugaba con algo que había encontrado.
Para los extranjeros era una novedad y un atractivo pintoresco del pueblo. La radio y el cable local hicieron un informe especial que luego transmitieron a localidades vecinas, informando sobre nuestro simpático individuo. También fue motivo de fotos para quienes queríamos tener un testimonio de que lo salvaje puede convivir en armonía con lo doméstico y cotidiano. 
Solitaria, distante y observadora, siempre midiendo las distancias, no se dejaba tocar, como sabiendo que estaba en un lugar que no le correspondía. Pero rondaba libremente las calles del pueblo y ya todos sabíamos que formaría parte de la historia de Clucellas, por eso, la cuidábamos. Cuando pasaba un auto o cualquier vehículo por esa zona, el conductor reducía la velocidad si veía que la zorra estaba cruzando. Y cuando hacía unos días que no aparecía todos preguntábamos por ella y sólo nos quedábamos tranquilos cuando alguien afirmaba con seguridad “yo la vi ayer” o “estaba jugando en tal o cual esquina”. 
De a poco y no sabemos por qué, se fue cambiando de barrio. Y algunos decían que la habían visto peleando con otros perros, varios de ellos acostumbrados a cazar. Muy rara vez se asomaba por el centro del pueblo y su habitual ausencia ya nos preocupaba.
Un día pasó lo imprevisible, o quizás lo previsible. La zorra volvió al barrio, herida. Se recluyó en el rincón de un patio y casi no se movía. Fue en esos instantes cuando permitió que se le acercaran y la tocaran, acaso en señal de agradecimiento por todo lo que habían hecho por ella los humanos. Un agradecimiento silencioso y profundo, reflejado en su mirada, que poco tenía de salvaje. Había invadido un espacio equivocado, el de los animales domésticos, y la naturaleza, sabia y perfecta, se lo reclamó. A lo mejor, llamó demasiado la atención de los hombres para que los otros animales soportaran su presencia. Celos, lo llaman algunos, competencia, le dicen otros, la supervivencia al fin.
Ni siquiera el veterinario la pudo salvar, las heridas ya habían hecho lo suyo, en ella… y en nosotros.

Publicado en el libro “Sentate que te cuento”- Editorial de los cuatro vientos- Bs. As.- 2009.

sábado, 3 de diciembre de 2011

La hora

Juana de Ibarborou  (Juana Fernandez Morales) -Uruguay 1892-1979


Tómame ahora que aún es temprano
Y que llevo dalias nuevas en la mano.

Tómame ahora que aun es sombría
Esta taciturna cabellera mía.

Ahora que tengo la carne olorosa
Y los ojos limpios y la piel de rosa.

Ahora que calza mi planta ligera
La sandalia viva de la primavera.

Ahora que mis labios repica la risa
Como una campana sacudida aprisa.

Después..., ¡ah, yo sé
Que ya nada de eso más tarde tendré!

Que entonces inútil será tu deseo,
Como ofrenda puesta sobre un mausoleo.

¡Tómame ahora que aún es temprano
Y que tengo rica de nardos la mano!

Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
Y se vuelva mustia la corola fresca.

Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿No ves
Que la enredadera crecerá ciprés?

domingo, 27 de noviembre de 2011

Tus niños de ayer (de la autora)

1er. grado- 1970
A mi escuela primaria, en sus cien años...
Cien veces has pasado nueve lunas
colmada de inocencia de pequeños,
cien veces los veranos calurosos
te han acompañado en el silencio.
Pero aún el mismo sol sigue brillando
más allá de tus techos  
y aún tu bandera enarbolada
se confunde con el color del cielo.
Pero ahora...ahora se respira como nunca
tu aroma refrescante de colegio.
Tus niños de ayer ya son los padres
de los que hoy están en tus recreos,
algunos, se han ido para siempre,
otros, tal vez estén muy lejos,
pero todos son producto de tu chispa
que enciende la llama del progreso.
Tus niños de ayer, hoy, a tu lado,
te quieren regalar todo su afecto
y vienen con las manos llenas,
llenas de fe y de amor de pueblo.
Míralos, llegan de todas partes
pues se han enterado del festejo,
escúchalos, que vienen a contarte lo que son,
lo que han sido y lo que han hecho.
Tus niños de ayer no han olvidado
todo lo que les diste en aquel tiempo,
tu pizarrón, tus techos, tus paredes,
tu aljibe, que dejó paso al progreso,
tu corazón que late en la campana,
reloj indiscutible de recreos.
No pueden olvidarlo, es tu cumpleaños
y han venido por eso.
Llámalos, que entren a tus aulas,
que se sienten frente a un pizarrón de nuevo,
que canten el himno junto al mástil
y escriban otra vez en un cuaderno,
y verán que los ojos se les nublan
con tantos recuerdos,
y así comprenderán desde algún banco
que esta fiesta es la de ellos.       

PUBLICADO EN EL LIBRO “Sentate que te cuento”- Editorial De los cuatro vientos- Bs.As- 2009

1er. Premio Concurso literario "Centenario Escuela D.F.Sarmiento"- Clucellas- 1987