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LIBROS PUBLICADOS POR LA AUTORA
(poesía y narrativa)
"DE LOS HIJOS" (2014)- Ediciones Mis Escritos (Bs. As.)

Rincones y Acuarelas I (Poesía) -2019- La Imprenta digital (Bs. As)

Rincones y Acuarelas II (Narrativa)- 2019- La Imprenta digital (Bs. As.)

Los encontrarás:
En Rafaela (Santa Fe): en Librerías "EL SABER", "PAIDEIA" y "FABER".
En San Francisco (Córdoba): en Librería "COLLINO"
y en otras librerías del país.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Carta a Julia, que un día se convirtió en ardilla

 Noviembre 2023.

Querida Julia:

                          Hace un par de días terminaste tu primer año del Jardín; primera experiencia de aprendizaje con tus pares, donde todo es observación y descubrimiento. Mucho miedo al principio; es entendible. Te frenabas en la entrada y te abrazabas a mamá o a papá, no queriendo despegarte de ese lugar, donde todo es seguro y protegido. Te cuento que nos pasa también a los adultos, cuando nos encontramos con situaciones nuevas e impredecibles; no somos inmunes a ello. Y te pasará cuando seas tan grande como ellos; pero son primeras impresiones que nos enseñan muchas cosas.

     Luego, te adaptaste perfectamente, incorporando valores de convivencia, tolerancia y aceptación que podrás aplicar más adelante con cada pasito que des. Lo que hacés en el Jardín, está reflejado en esta poesía que escribí hace un tiempo, y que quiero que guardes en esta carta:

    

Entre grafismos y letras,

entre cuentos y canciones,

entretejemos un sueño

con lápices y crayones.

Aprendemos convivencia,

jugamos con emociones

moldeamos con plastilina

nuestros propios corazones,

realizamos un collage

con distintos materiales

con un poquito de sol

y con aromas de azahares.

Honramos nuestra bandera

cantándole fuerte y alto

para que escuchen los duendes

que andan, por ahí, jugando,

y sembramos semillitas

de energía y de esperanza

para que broten los sueños

donde los sueños no alcanzan.

Los títeres son amigos

que nos toman de la mano

para llevarnos a un mundo

con ilusiones de plástico.

Con bloques y con objetos

armamos grandes ciudades

donde no existe el rencor

y andan gnomos por las calles,

y recortamos estrellas

de un cielo azul de algodón,

armamos rompecabezas

con pedacitos de amor.

Entre témperas y masa,

con tizas y con fibrones,

dibujamos en el aire

pensamientos de colores,

y al final, nos llevaremos

nuestros bolsillos repletos

de trozos de fantasía

y de rodajas de sueños.

 

     Y ya sobre el final del año, te tocó hacer tu primera presentación en público; algo que también inhibe a los adultos. Sin embargo, con tu carita pintada, tu gigantesca cola y tus orejitas de peluche, te deslizaste por el patio cumpliendo con la consigna indicada, al compás de las palmas de ese primer público que te observaba y alentaba, como a todos los otros bichitos y animalitos de tu tamaño que invadieron los rincones.

  Disfrutamos mucho del espectáculo, que también es una prueba para la vida.


   

viernes, 10 de noviembre de 2023

Carta a Julia, que conoció a Messi

 

Octubre 2023

Querida Julia:

                       Hace un par de semanas, con sólo dos añitos, fuiste a la cancha de River a ver a Argentina. Es muy difícil explicarte qué hacía tanta gente junta mirando y gritando todos por lo mismo. Tus ojos no alcanzaban abarcar esa inmensidad de masa humana sin distinciones políticas ni religiosas; sin intención alguna de molestar al otro. Sé que eso no lo entendés por ahora, pero creeme, es muy difícil ponerse de acuerdo en un montón de cosas.

     Pero seguro sentiste esa energía de unión en tu pequeño cuerpito; seguro te llenó el alma y los sentidos; seguro te deslumbró. No querías perderte nada. Tus manitas aplaudían para participar de ese festejo, que parecía un cumpleaños gigante, y tu vocecita coreaba tus primeras palabras que marcan un sentimiento de amor a tu país: “Ar-gen- tina, Ar-gen-tina”, “Mee-si, Mee-si”.  No podemos saber lo que piensas, pero tu mirada, tan trasparente, refleja preguntas que se disparan en tu mente, observando esos veintidós hombres que corren en la cancha detrás de una pelota.

Por eso te regalamos la camiseta, para que la sientas sobre tu pecho; para que te la quieras poner con orgullo. Aunque el hecho de ponerse la camiseta tenga un sentido mucho más profundo.

     Ojalá puedas emocionarte cada vez que la lleves, defenderla, portarla, representarla siempre…




sábado, 26 de agosto de 2023

Carta a Julia, que nos sorprendió con una noticia

                                                    22 de agosto de 2023.

Querida Julia:

                      Esta semana tuvimos una noticia que vos misma nos diste. Con tu vocecita que busca articular frases comunicativas con sólo dos años, nos dijiste: “voy a tener un hermanito”. Y se nos iluminaron los ojos, y nos sacaste, no sólo una sonrisa, sino unos gritos de alegría que se escuchaban desde la calle. Todo se convirtió en un gran alboroto de saludos entre futuros padres, abuelos y tíos de este nuevo integrante de la familia.

     Quizás no comprendas lo que eso significa. Estoy segura de eso.  También estoy segura que al principio no te va a caer nada bien; eso lo sabemos todos. Experimentarás sensaciones encontradas de amor y competencia que te desvelarán por las noches y alterarán tu humor; pero no hay otro camino para tener una familia.

     Tampoco entenderás por qué la panza de mamá se va abultando día a día; eso es algo que nos maravilla también a los adultos, que nos sorprendemos con la perfección y el misterio de la naturaleza. Cómo explicarte que dentro de ella hay vida, otra vida de tu misma sangre, que todavía no tiene el tamaño ni siquiera de una manzana, pero que poco a poco irá adquiriendo  formas y rasgos que lo harán un ser único e irrepetible. Se parece mucho a la magia.

     “Voy a tener un hermanito”, les cuentas a todos. Pero para eso falta un poco; ya estaremos muy cerca cuando falten tres meses para tus tres añitos.

     Espero que, cuando apoyes tu cabeza sobre la almohada cada noche, te sigas sintiendo protegida y querida por todos los que te rodeamos, aún en tus posibles pesadillas.



miércoles, 12 de julio de 2023

Carta a Julia, que ya cuenta con dos otoños

                                           Julio de 2023

Querida Julia:
           Es increíble pensarte ya con dos otoños transitados. Qué rápido pasa todo. Mientras tanto, trataremos de disfrutarte, pequeña e inquieta como sos, madurando como una fruta que cada día nos sorprende con su evolución. Nuestros oídos se endulzan con esa vocecita que busca repetir vocablos, y que nos maravilla y nos saca una sonrisa constantemente. Nos alegras la vida Julia.
          Te quiero contar, que ayer tomé un trozo de tela blanca, hilo y aguja, unos alfileres y una tijera. Encontré unos cordones y cintas, busqué la máquina de coser que tenía guardada en una caja y me senté, pensando qué podría hacer con todo eso. El día, frío e inestable, se prestaba para eso.
Lo primero que me vino a la cabeza, fue hacerte un disfraz. Sí, definitivamente sería una capa. Y luego de un par de cortes, me dispuse a armar lo que tenía en mente; no quería copiar nada, el diseño tenía que ser único.
           Primero, hice un borde a modo de dobladillo para que quedara más prolijo. Sobre el mismo, cosí a mano un cordón dorado, que la transformaría en una capa de la realeza. También pensé en hacerle una capucha y colocarle una cinta para que pueda sostenerse desde el cuello. Y al cabo de unas horas, la capa estaba terminada, larga hasta el suelo, majestuosa, y sobre todo, mágica.
            Espero Julia, que esa capa te acompañe en tus juegos cotidianos, cuando seas una princesa rescatada por su príncipe valiente, o una reina que vive en un castillo mágico en medio de un bosque encantado. Sé que también te servirá para transformarte en una chica súper héroe que salvará al universo de los malvados que quieran destruirlo, o que te convertirá en invisible cuando te cubra con su capucha, para protegerte de aquellos que van por fuera de la ley.
             Mientras tanto Julia, sigue creciendo feliz.



lunes, 22 de mayo de 2023

"Lluvia" (Horacio Rega Molina)



¿Por qué la lluvia nos conmueve tanto,
si ella baja con ritmo paralelo,
hoy también como ayer, de un mismo cielo,
con un mismo dolor y un mismo canto?

¿Será tal vez el sugestivo encanto
de que, por un fenómeno gemelo,
nosotros nos hallamos en su duelo
y ella se reconoce en nuestro llanto?

La lluvia trae algún recuerdo ausente
con la bruma del tiempo y la distancia.
Y es tal la evocación que, de repente,

se nos figura, desde aquella estancia,           
que hemos visto cruzar en la corriente
el barco de papel de nuestra infancia.


sábado, 15 de abril de 2023

Carta a Julia, que conoció el mar

 

Abril 2023

Querida Julia:

                       Hace unos días conociste el mar. Cómo describirte esa inmensidad de agua que va y viene a mojar tus piecitos. Cómo hacerte notar la vida que hay en las profundidades de esa pileta interminable, que por momentos te asusta. Cómo contarte todo lo que hay del otro lado, más allá de esa línea que se ve a los lejos, que parece el final del mundo, pero que es sólo lo que la naturaleza te permite ver. Cómo explicarte que esa luna que ves al final de esa línea no se va a hundir nunca.

                    Nuestros ojos no dejan de observarte juntar piedritas o caracolitos que alguna vez tuvieron vida, y que llevas a mamá o a papá como un preciado tesoro; tocas la arena, hundes tu manita frágil sintiendo los minúsculos granos que te acarician, y la viertes de a puñados en tu baldecito, que vuelcas buscando formas que no se mantienen demasiado.  

                    Todo va y viene, como ese mar, como esa ola que te persigue y luego se aleja, como esa arena que no puedes sostener entre tus dedos.

                      A lo lejos, un barco pirata quizás te remonte a algún cuento que leímos, y el movimiento de alguna ola más grande, tal vez te sugiera la aparición de una sirena de cabellera dorada.

                      Espero que puedas construir tus propios castillos, fuertes y firmes, donde cobijar tus sueños, que seguramente serán también los nuestros.

                      Nuestro amor por vos Julia, es tan grande como la inmensidad de ese mar…

martes, 14 de febrero de 2023

Carta a Julia, que seguirá su infancia en Rafaela

 

                                                                             
14 de febrero de 2023

Querida Julia:

                        El fin de semana pasado hicimos la mudanza final con todas tus cosas, y las de tus papás. Tu ropita y tus juguetes también se fueron con vos. Y el Toto, que te acompañó en el asiento trasero del auto, custodiando que no te movieras de tu sillita. Él también se encontrará raro en un espacio desconocido; y seguramente extrañará a la Mora, con la que no se llevaba muy bien- aunque sabemos que ella también lo extrañará, aunque sea un poco gruñona.

Acá al lado, la casa, donde viviste tus primeros casi dos años de vida, quedó momentáneamente vacía. Habías entrado en brazos de mamá, cuando casi comenzaba el invierno del 2021, con un gorrito que resaltaba tu carita redonda y rosada; hace un par de días, saliste de ella caminando, con una muñeca en la mano, hacia el auto rumbo a Rafaela.  Igualmente estamos felices de que estás en tu nueva casa, donde seguirá tu infancia. Aprenderás a querer el barrio, y tendrás tu escuela a unos pocos pasitos, sin tener que bajarte de la vereda. Pero para eso todavía falta un poco.

Nos contaron que se ve la luna desde la ventana de tu nueva pieza, esa luna que pedías ver todas las noches y te sorprendías por su cambio de forma, lo que no podemos explicarte por ahora.

Te prometo que cuando vengas, seguiremos yendo al espejo a peinarte, a adornar tu carita con brillito o a oler el perfume del jabón de la jabonera. Y sé que seguirás soltando un “ohhh” en las habitaciones oscuras, y un “ahí ta”, cuando se enciende la luz, porque también te sorprende el contraste de la luz y la oscuridad.

Te prometo Enana –como te dice la abuela- que seguiremos despertando al abuelo de alguna siesta, cuando estés en casa. Y que él te seguirá salpicando con soda en la mesa, cuando el sifón ya esté en el final, como lo hacía todos los días.

Sé que no te olvidarás de los olores y sabores de la cocina de la Abu Bea, de los ruidos de las puertas, ni del viento en las ventanas de tu primera casa. Pero también sé que descubrirás nuevos sabores, nuevos sonidos, nuevos aromas, que te irán formando mientras vayas transitando este camino tan maravilloso que es la vida.

Todos nos acostumbraremos a los cambios. Deberemos acostumbrarnos. Porque con los cambios necesarios viene el crecimiento.

Acá quedaron muchos cuentos por leer y muñecas por vestir, dibujos por hacer y canciones por cantar; habrá mucho tiempo para hacer todo esto juntos. Te lo prometo también.

Recuerda Julia, que por las noches, estaremos mirando la misma luna…

Te amamos Enana…

                                                      Abu Bea

miércoles, 11 de enero de 2023

LA ÚLTIMA ZAMBULLIDA (un homenaje a Sambo, nuestro perro rescatista)

                                                          30 de diciembre de 2022

   Ayer se nos fue Sambo. Un perro que llegó desde Rafaela, junto a su hermanita, en una caja, hace algo más de 9 años. Hacía poco que se había muerto Teo y, para calmar esa tristeza, incorporamos dos cachorros a la familia.: Sambo y Mora; él negro, ella blanca. Lloraron todo el camino cuando los trajimos en el auto, y parecían animalitos de peluche esponjosos y suaves. Los dejamos durmiendo adentro de la casa porque ya se aproximaba el invierno. Cada mañana desayunábamos con ellos, dándoles tostadas al lado nuestro; siempre esperaban la última, a la orden de “fin de desayuno”, lo que implicaba el final de ese manjar crujiente. Las vueltas a la plaza eran habituales, aunque Mora se volvía sin completarla, quizás porque alguna vez tuvo una mala experiencia con otro animal; pero Sambo seguía con nosotros, y si había agua acumulada por lluvias abundantes, corría a toda velocidad por esas piletas naturales que lo refrescaban y donde descargaba toda su energía.

Se comunicaba de distintas formas; una de ellas era buscar alguna zapatilla o bota y traerla, cuando alguien, que no pertenecía a la familia, llegaba a la casa; por eso, muchas veces sabíamos que había entrado alguna persona ajena porque encontrábamos un calzado fuera de lugar, en la cocina o en el comedor. Cuando llegó Julia, también la tomó como alguien extraño, lo que la hacía acreedora a una zapatilla.

Le tenía miedo a las tormentas y, cuando se escuchaban los primeros truenos, venía con su hermana a nuestro dormitorio y se ubicaban cada uno al lado de la cama, Sambo del lado de Pepe y Mora, a mi lado. Aunque a veces también dormía arriba con Virgi, Emi o Fer, cuando encontraba una puerta abierta y aunque no hubiera tormenta. Los últimos días, cuando ya estaba convaleciente, venía a nuestra pieza o a la de Ceci, se quedaba parado y nos respiraba cerca de la cara; allí notamos que la tormenta que se avecinaba era otra.

Su cuerpito resistió todo lo que pudo con la ayuda de todo lo conocido para enfrentar su desmejoramiento diario que nos desconcertó hasta último momento. Pero los análisis, sueros y medicamentos no fueron suficientes, porque no se puede ir contra la naturaleza, por más remedios que la ciencia haya inventado. Y la impotencia nos iba invadiendo.

Su cuerpo de perrito rescatista resistió todo lo que pudo. Porque él era un perro rescatista; se arrojaba a la pileta cuando alguno de nosotros lo hacía, y nos tomaba de la muñeca hasta arrastrarnos a la orilla, cuando veía que ya nos encontrábamos “a salvo”.

Ayer fue su última zambullida. Y esta vez fue Ceci la que tuvo que rescatarlo a él, porque su cuerpito no resistió para salir. Quizás él lo quiso así. Seguramente Mora te buscará por mucho tiempo; probablemente nosotros te veamos en cada perro negro que se nos cruce. Te recordaremos siempre Sambo.



Carta a Julia en Navidad

 

25 de diciembre de 2022

Querida Julia:

                        Este increíble paso del tiempo ya nos tiene a fines de 2022, cuando contás con un año y medio de vida, de una vida que nos llena de luz. Es constante y diario tu crecimiento; nos sorprendemos con cada balbuceo acompañado de señas, con cada nuevo gesto que copias al instante y lo incorporas a tu diccionario de comunicación. Y aprendemos de vos, y aprendemos de la vida misma, y muchas veces no comprendemos la velocidad con la que sucede tu crecimiento. O no queremos comprenderlo para que no pase tan rápido.

                         Todo lo nuevo te inquieta; y sabemos que tal vez no entiendas muchas cosas todavía. Pero te maravilla ver la luna suspendida en el cielo, o una hormiga que transporta una hojita hacia su hormiguero, o un pájaro que no se sabe cómo pasa volando ante tus ojos. De eso se trata, de maravillarnos.

Y quizás los momentos de la Navidad te confundan un poco ante un Papá Noel que miras con desconfianza y algo de miedo, aunque traiga una bolsa llena regalos; luego comprenderás que lo importante es que no haya sillas vacías alrededor de la mesa navideña.  

                          Pero los cambios son parte de la vida, y muchas veces nos toman desprevenidos. El Sambo nos está dejando lentamente Julia, y vamos a tener que acostumbrarnos a que pronto no estará; igualmente no olvidaremos la ración de balanceado que le dabas con tu manita, o sus zambullidas a la pileta a modo de perro rescatista cuando veía que nos tirábamos alguno de nosotros. La tristeza también es parte de la vida.

                          Espero que en esta Navidad se colme tu corazón de niña con la bendición del nacimiento de Jesús, y que siempre puedas llenar los espacios vacíos con nuevas esperanzas que alumbren ese camino que tienes por delante.

                   Te amamos pequeña. Feliz Navidad

                                                                                                                        

sábado, 17 de septiembre de 2022

En el día del Profesor: "El aplazado"- (Baldomero Fernández Moreno)

 EL APLAZADO


De pronto, como un breve latigazo,
mi nombre, Friedt, estalló en el aula.
Yo me puse de pie, y un poco trémulo
avancé hacia la mesa, entre las bancas.
Era el examen último del curso
y al que tenía más miedo: la gramática.
Hice girar resuelto el bolillero
Las dieciséis bolillas del programa
resonaron en él lúgubremente
y un eco levantaron en mi alma.
Extraje dos: adverbio y sustantivo.

Me dieron a elegir una de ambas
y elegí la segunda.

-¿Y qué es el nombre?,
díjome uno y me asestó las gafas.
Sentí luego un sudor por todo el cuerpo,
se me puso la boca seca, amarga,
y comprendí, con un terror creciente
que yo del nombre no sabía nada.
Revolvía allá adentro, pero en vano,
me quedé en absoluto sin palabras.

Y empecé a ver la quinta en qué vivíamos:
el camino de arena, cierta planta,
el hermano pequeño, mi perrito,
el té con leche, el dulce de naranja,
¡qué alegría jugar a aquellas horas!
Y sonreía mientras recordaba.
-¡Pero señor -rugió una voz terrible-,
el nombre sustantivo, una pavada!
Torné a la realidad: sobre la mesa
los dedos de un señor tamborileaban,
cabeceaba blandamente el otro,
el tercero bebía de una taza.

Hacía gran calor. Yo tengo una
cara redonda, simple, colorada,
los ojos grises y los labios gruesos,
el pelo rubio, la sonrisa clara.
Yo quería jugar, no dar examen
darlo otro día, sí, por la mañana...

Se me nubló la vista de repente,
los profesores se me borroneaban,
adquirió el bolillero proporciones
gigantescas, fantásticas,
oí como entre sueños: -Señor mío,
puede sentarse...

-Y me llené de lágrimas.


Baldomero Fernández Moreno

(Argentina, 1886/1950)



domingo, 19 de junio de 2022

"Padre" (Henry Kronfle)


Raíz y tronco y sangre y apellido.
Recio ciclón y brisa de ternura.
Presencia de criador y de criatura.
Sus años yo los guardo. No se han ido.

Compañero de vuelo desde el nido.
El calor de su amparo aún perdura.
Él ha sido mis alas en la altura
y red de contención cuando he caído.

La existencia se esfuma inadvertida.
La juventud de pronto queda lejos
cual estrella remota y extinguida.

También los hijos nos hacemos viejos;
y hoy me apoyo, avanzando por la vida,
en su bastón de amor y de consejos.


Carta a Julia, al cumplir un año

 


17 de junio 2022

Querida Julia:

                          La vida nos sorprende cada día. Y nos transforma. Los espacios quedan, en algunas ocasiones, vacíos; y  en otras, se llenan de luz. La vida nos quita y nos da. Nos enseña.

                           Hoy cumples tu primer año Julia. Y es increíble este mundo en el que nos sumergiste con tu llegada, una tarde de junio, cuando ya se iba el otoño, poniéndonos títulos nuevos (padres, abuelos, tíos…), y transportándonos a cada rato a sensaciones desconocidas cada vez que asoman tus cambios cotidianos, que nos deslumbran como luciérnagas, y acrecientan ese misterio que es la vida misma. Y nos llenamos de preguntas. ¿Adónde se fueron tus manitos arrugadas y uñitas frágiles de bebé?¿cuándo tomaste tanta fuerza para sostener una naranja, o dar los primeros pasos de niña inquieta?¿en qué momento descubriste el sabor de la mandarina o la forma del brócoli entre tus dedos?

                           Este desafío de vivir recién comienza Julia. Y tus títulos también irán cambiando; atrás irá quedando poco a poco tu mote de bebé conforme vayas tomando otras formas, y perdiendo ese andar inseguro y ese balbuceo acompañado de señas que diariamente tratamos de descifrar.  Y vendrán esas palabras y frases sueltas cargadas de sol que no querremos olvidar.                  

                           Ojalá podamos seguir mostrándote por dónde andar más segura en esta senda donde hay tanto por ver y aprender.

                           

                               Te amamos Julia. Feliz cumpleaños…

jueves, 31 de marzo de 2022

"Romance al niño soldado"- 2 de abril: Día del veterano y de los caídos en la guerra de Malvinas

 “Tomé sus papeles y su identificación. En la billetera le encontré una foto

de la familia y dos cartas. Las miré. Yo también tenía fotos de mi familia en

la billetera. Se cayó dinero argentino al suelo. Lo levantó y me lo dio. Volví

a ponerlo en su lugar y señaló que lo tomara, además me ofreció el reloj.

Lo miré a la cara. Tenía los ojos húmedos y de repente empezó a llorar. … Le

metí el reloj y la billetera de nuevo en el bolsillo. De la mano izquierda le colgaba

el rosario; había estado rezando. Tendría unos diecisiete o dieciocho años.”

VINCENT BRAMLEY (soldado inglés)- “Viaje al infierno”- Planeta- Bs. As. 1993

 


ROMANCE AL NIÑO SOLDADO 

Niño soldado novato

que te inventaron el juego

para que muevas las fichas

sobre ese tablero nuevo.

No conocías las reglas

en el territorio ajeno,         

y te sentías intruso,

extranjero en tu terreno,

y te mandaron sin planes,

sin técnicas ni reglamentos,

a defender tu bandera

como si eso fuera un juego.

Te cargaron con mochilas,

con frazadas y armamento,   

te empujaron muy de pronto

y allí conociste el miedo

cuando viste que las balas

no eran balas de fogueo,

y que cuando te rozaban

salía sangre del cuerpo.

Niño soldado inocente,

confundido e indefenso,

víctima de hambre y de frío

del maltrato y del silencio,

te imaginé solitario

y cansado hasta los huesos,

iluminado tan sólo                         

por el resplandor del fuego.           

Te anunciaban vencedor,

eso creía tu pueblo,

más duró poco el engaño

y aún nos sigue doliendo.

Como en un juego de mesa

te barrieron del tablero,

y sin más explicaciones

te enviaron de regreso,

y la palabra derrota

entró como un dardo al pecho.

Llegaron solos y tristes,                    

mas muchos ya no volvieron             

y como ofrenda maldita              

allá dejaron su cuerpo.       

Niño soldado novato,

aturdido e inexperto,

te despojaron de vida,

de juventud y de sueños,

te dieron una medalla,

ese fue todo tu premio

al coraje y heroísmo,

a tu valor y a tu esfuerzo,

sólo pusieron tu nombre

al pie de algún monumento

y ascendiste a veterano

sin haber ganado el juego.

 

Publicado por la autora en el libro “FOTOGRAFÍAS DEL ALMA”- Edición de autor- Rafaela 2011-

miércoles, 23 de junio de 2021

"La primera mirada" (de la autora)- para Julia

     En ese momento estabas muy ocupada. Todo era muy confuso para vos, estoy segura. La situación se presentaba caótica, desorganizada y no estabas preparada para afrontarlo, nunca te preparan para eso. Escuchabas ruidos metálicos y voces desconocidas que te provocaban miedo y desconfianza incitándote a quedarte donde estabas, segura y protegida, a pesar de la oscuridad y la humedad que te rodeaban.  Pero había que salir, no quedaba otra opción. Afuera todos te estábamos esperando.

     Te gustara o no, fuerzas superiores perturbaban tu largo letargo que estaba llegando a su fin. Habías empezado a sentir presiones, que te impedían controlar tus escasos movimientos. Cuando llegó el momento, divisaste una tenue luz que te indicaba la única salida, el sendero que debías seguir obligatoriamente y que te alejaría de la zona de seguridad. Algo se rompió, y sentiste que ibas a ser desalojada a pesar de tus intentos por quedarte. La incertidumbre era parte de la historia pero la curiosidad no te movilizaba a acelerar el proceso que parecía anárquico, agresivo y desolador. Pero no estabas sola.

     De pronto notaste que ibas llegando a una zona desconocida y eso te asustó aún más, pero ya no podías hacer nada para detenerte, eso escapaba a tu decisión y a tus deseos. Las presiones se hicieron insoportables. Los ruidos y las voces fueron aumentando de a poco y la luz se tornaba cada vez más intensa a medida que te acercabas al final del largo y estrecho túnel, al punto de no permitirte abrir los ojos. ¿Qué era lo que estaba ocurriendo? Esto no estaba en tus planes.

     Sin embargo, cuando la realidad parecía estar fuera de control, la violencia cesó por completo al final del laberinto y, aunque sentiste frío y temor, te encontraste en libertad. Las emociones contradictorias que te acechaban te condujeron a un llanto que, luego de nueve meses, completó el ciclo milenario y misterioso.

     Y ahí fue cuando te vieron mamá y papá. No creo que lo recuerdes, porque tu esfuerzo estaba centrado en percibir el entorno borroso y en amoldarte a la nueva situación, pero ese fue el momento en que se encontraron tus ojos con los de ellos por primera vez. Frente a frente. Sin la interferencia del mundo que, en pocos minutos, empezarías a transitar y a enfrentar. Y aquella mirada, la primera, detuvo el tiempo. Y en ese preciso instante, ellos supieron que cambiarías su vida para siempre.  



Nota de la autora: este texto fue modificado para adaptarlo al nacimiento de Julia. El original está  publicado en "Rincones y Acuarelas II" (La Imprenta Digital- Buenos Aires - 2019- de la autora), cuyo link presento a continuación:


sábado, 12 de junio de 2021

En el día del escritor, "Voy a dormir, dijiste..." (de la autora)

                                                                         A Alfonsina Storni.

Voy a dormir, dijiste, y has salido

cargando en tu baúl tan sólo tu alma,

La Perla cobijó tu último sueño

y te llevaste el misterio entre las aguas.

¿Qué fuerza extraña te atrajo desde el mar?

¿Qué fuerza extraña?

Acaso el horizonte te sedujo,      

tal vez fue Mar del Plata con su magia.

Tus versos mojados salpican las orillas

pregonando tu soledad

en un vaivén de espumas y de algas.

Te llevaste el misterio en tu partida,

te llevaste tu pasión y tus palabras.

Dime Alfonsina, cuál era tu sueño,

qué pena de amor colmó de insomnios

tus largas madrugadas.

Voy a dormir, dijiste, y te marchaste,

con la sal en los ojos,

y el adiós en la mirada,

y te volviste soberbia, inalcanzable,

tan amplia como el mar en la distancia.

Y allí quedaron, tus últimos papeles,

tus trazos inseguros, tu pluma abandonada,

y la tinta mezclada con la espuma,

inventando un papiro en la arena,

baña las costas en una eterna danza.

Voy a dormir, nodriza,

bájame la lámpara.

 

En cursiva: extraído de los poemas “Voy a dormir”  y  “Frente al mar” (de Alfonsina Storni)



Cada 13 de junio se conmemora el Día del Escritor. La fecha no es casual y encuentra su explicación en que un 13 de junio, pero de 1874, nació Leopoldo Lugones en Villa María del Río Seco, en el corazón de la provincia mediterránea de Córdoba. Entre muchas de las acciones y obras que emprendió, Lugones fundó la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) que, luego del suicidio del poeta, estableció el día de su natalicio como el Día del Escritor. Lugones no fue olvidado pero su tumultuoso y resonante paso terrenal es aún materia de controversia y polémica.

sábado, 5 de junio de 2021

Carta a Julia, que está por nacer (de la autora)

 

5 de Junio de 2021

Querida Julia:

             A esta carta la van a leer muchos antes que vos, porque aún faltan algunos días –no sabemos cuántos-  para que entres a este mundo, a transitar este camino que es la vida. Y pasará mucho tiempo hasta que puedas recorrer estas líneas vos sola. Todavía no te conocemos Julia, pero ya te amamos. Te vemos en algunas imágenes adentro de la panza de mamá, moviéndote, inquieta, e intuimos que traviesa; escuchamos tus acelerados latidos de bebé en gestación; te tocamos, apoyando la mano sobre la piel ya rígida, cuando tu mamá detecta movimiento.  Estamos ansiosos. Y maravillados con esto que es tan único, tan natural, pero siempre tan misterioso, como la vida misma.

          Vas a entrar a un mundo difícil querida Julia. En un momento más difícil aún. Pero también va a depender de vos que puedas enfrentarlo. Te vamos a estar acompañando siempre, en esto de andar, de conocer, de experimentar, y también de afrontar las frustraciones que, te lo aseguro, van a ser muchas.

          Pero la vida es maravillosa. Y por eso no debes desperdiciar los momentos chiquitos, cotidianos, simples, porque muchas veces, no te das cuenta que son tan especiales. Cada minuto cuenta, cada instante es precioso, cada paso es una construcción. Como te dije, te estaremos acompañando, pero habrá un momento en que deberemos soltarte. Para que tomes tus propias decisiones, para que construyas tus propias ideas, y seas libre de elegir lo que te gusta y te hace feliz. Y ese es el objetivo final, que seas feliz.

                          Ya nos conoceremos. Pronto.

                                                                            

miércoles, 2 de junio de 2021

"Tejiendo la tarde" (de la autora)

 


Es otoño y me siento a tejer en la galería mientras va cayendo la tarde. Pongo la radio. Un punto derecho, un punto revés, tomo tres puntos para hacer la trenza, y los cruzo. Las agujas se resbalan entre mis dedos y la lana, mientras pasa el tiempo y sigue pasando la vida.  Me detengo. Cuando levanto la vista, el cielo me sorprende con una gama de colores que contrastan con los árboles y el farol del patio, recordándome que algunas cosas siguen su rumbo normal a pesar de todo. Tomo el celular e inmortalizo la tarde –no con mi mejor foto, como seguramente me reclamarán mis hijos-. La radio sigue regalándome canciones. Abel Pintos, Rosana, Sergio Dalma. Perfecto. Tomo los colores del cielo y los sones que sobrevuelan y los entrelazo en el tejido que estoy terminando para Julia, que está por nacer. Un punto derecho, un trozo de cielo rojizo, un punto revés, un verso de Abel Pintos, en la trenza deslizo un rayo del sol que se va y una hoja del otoño que todavía no se va…

El abrigo ya casi está terminado, hecho de lana, cielo y canción…

jueves, 20 de mayo de 2021

Homenaje y despedida a Alberto Feldman.










Un texto de Alberto, que nos dejó ayer...

                                              23 de diciembre de 2013                         

 MACHETES EN EL ASFALTO 

Hace sólo un momento que acabo de llegar a casa, pero no pude evitar sentarme inmediatamente en la computadora y escribir esto que estás leyendo.

   Cada verano  me fui poniendo más viejo, y son muchos veranos. Me  fui olvidando poco a poco de  esos aires de Navidad que comenzaban a primeros de diciembre, cuando terminaban las clases,  entre el olor de los jazmines y los duraznos, los chicos jugando bajo un sol de fuego y la mirada vigilante y protectora de nuestros padres.

    Insensiblemente nos deslizábamos hacia el próximo año,  con esa parada tan emotiva  en el encuentro  familiar de Nochebuena,  donde todo prometía ser bueno y feliz  para siempre. Luego,  verano tras verano me fue ganando el desencanto.

     Pero hace un rato, no más de una hora, volví a recuperar el significado del 24 de diciembre, y volveré a sentirlo mañana como cuando era un niño de diez, hace  ya más de sesenta años.

   Pero basta de cháchara,  que aquí va la explicación.

    Vengo del dentista, donde desde hace casi  un mes voy dos veces por semana por un largo tratamiento.  Viajo desde Belgrano hasta Villa Pueyrredón, y de regreso tomo el ómnibus107 ó el 114 en la esquina de las avenidas Mosconi y de los Constituyentes hasta Cabildo.

   Mosconi es una ancha avenida de una sola mano, y esperando por primera vez el ómnibus, hace casi un mes, observé a un muchacho de rasgos aindiados, de no más de diecisiete o dieciocho años, que como tantos otros en esta época de necesidades insatisfechas,  trata de sobrevivir mostrando a su público,  en su mayoría automovilistas indiferentes, lo que sabe hacer, lo que muchas veces es, por suerte, merecedor  tanto de un aplauso como de una aprobación en metálico.

Me dejó paralizado de asombro. Dejé pasar varios colectivos y repetía su número cada corte de semáforo, una vez  tras otra.

   Su número era de circo,  de los mejores circos. Hacía prestidigitación no con pelotitas ni clavas de madera, sino con  tres machetes de gran tamaño, que golpeaba cada tanto, para probar su legitimidad con su pesado sonido metálico.

    Los arrojaba a gran altura, girando, y los recogía  con seguridad por el mango, cada tanto se desplazaba un poco y tomaba uno de ellos de su espalda,  por supuesto sin mirar, y lo volvía a la ronda con los otros dos machetes. Lo mismo hacía levantando una pierna y pasándolo  por debajo de la rodilla, e incorporándolo luego sincronizadamente al  ciclo de los otros dos elementos. Todo a gran velocidad.

   En un momento, colocó un machete por el mango sobre su nariz, y caminó varios metros teniéndolo en equilibrio mientras arrojaba los otros al aire, siempre girando, recogiéndolos y volviéndolos a tirar, caminando, y con  el otro siempre en su nariz, hasta que con un impulso de su cabeza lo incluyó otra vez en el trío de machetes voladores.

 Nunca perdió el control sobre sus filosos instrumentos ni fue ninguno a parar al suelo. Quien tiene un dominio neuromuscular semejante, es un fenómeno.

    No había visto nunca nada igual. Mientras esperaba  el cambio de luces para exhibir su número, el muchacho se acercó a la parada de ómnibus, lo que aproveché para  felicitarlo con admiración.

  Lo volví a ver cuatro o cinco veces sucesivas, coincidiendo con  la espera del ómnibus después de cada consulta  odontológica.

 Le pregunté  donde había aprendido su destreza y si sabía que lo suyo era un espectáculo circense de mucha calidad; también le dije que debía hacerse conocer por medio de la televisión; a lo que contestó que  varias personas  le habían dicho antes lo mismo.

Aseguró que lo que sabía, lo había aprendido en la calle, de otra gente que como él, vivía también en la calle, que no quería obligaciones ni horarios,  era libre y ganaba lo suficiente, moneda a moneda, haciendo lo que le gustaba.

Lo decía todo en un castellano perfectamente claro pero con un acento  cantarino  que denunciaba su origen guaraní.

La firmeza con que decía esto y sus ojos brillantes parecían un canto a la libertad, por un momento casi me convenció  de que era un ser libre y feliz.  Meditando sobre esto en  mi casa,  llegué a la conclusión de que  un gran dolor y una gran resistencia al mismo,  podían juntarse en una persona y hacer soportable la soledad de la calle,  Uno Solo entre una multitud ajena.

   El  viernes  lo vi  trabajando más rápido que de costumbre. En los quince minutos que estuve esperando el ómnibus, no descansó.

   Cuando cambiaba la luz y terminaba su acto en Mosconí, volaba a  Constituyentes y así alternó su número sin descanso entre las dos avenidas. No sé cuantas veces lo habrá hecho ni cuántos horas al día, pero hoy 23 de diciembre, terminé con el dentista y  me extrañó no ver a mi joven fenómeno luciéndose en  el cruce de las dos avenidas con sus machetes.

     Me acerqué al puesto de diarios de la esquina y le pregunté al  hombre si sabía algo de él.-Si señor, me dijo- algo sí…   Andrés vino a Buenos Aires hace cinco años a buscar a su padre, pero no lo encontró.   Ayer completó el dinero para el pasaje para volver a Corpus Christi, Misiones, a pasar  la Navidad con su  madre, ¡Hace  cinco años que no la ve!

     Me sentí muy feliz de haber sido testigo  secundario de este episodio.

 Mañana, Nochebuena,  brindaré  junto a los míos por Andrés y por los suyos.

   Y hoy diciembre volvió a oler a jazmines y a duraznos.

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A Alberto, yo lo conocía virtualmente, por haber estado premiados en algunos concursos literarios. Hasta que dos Concursos en San Genaro nos hicieron coincidir (en uno como premiados ambos, y en el otro, yo estaba como jurado). Luego seguimos en contacto, me mandaba textos, yo le mandaba los míos. Sus historias profundas de relatos cotidianos – en los que se involucraba- nos trasladan muy vívidamente a través de sus emociones.  Le pedí a otro amigo literario- Daniel Alonso- que me pasara más información sobre él, porque ellos tenían otro contacto más cercano. Transcribo los datos y algunas apreciaciones de Daniel sobre Alberto.

 ALBERTO FELDMAN (por Daniel Alonso): Alberto fue colectivero y de origen Judío. Estuvo en la Guerra de los 7 días. Comenzó su actividad literaria de grande pero ya venía con talento. Un amigo del tango y la música. Amaba su barrio de Saavedra. Conoció a Goyeneche y a algunos otros. Su literatura trata del barrio y su gente. Tenía un sentido profundo del sentir popular y de lo intrínseco de las personas. Buceaba en el alma y rescataba valores. No era de ninguna forma agresivo en sus comentarios y poseía un romanticismo tierno. Amó la música y el Jazz.


Alberto y Daniel

Hasta siempre, Alberto... quedarás, eterno, en tus palabras...