son largos sus pasos, largos y muy lentos,
lleva la mirada fija en la distancia,
lleva en su mochila el peso del tiempo.
María va dejando sus huellas marcadas,
la vida la empuja, desvía sus sueños,
el sendero es largo, largo y empinado,
la mochila pesa y encorva su cuerpo.
María camina sola con su historia
que lleva prendida en sus largos cabellos,
pesa la mochila, la baja, la aparta,
se detiene una rato, la carga de nuevo.
Y pasa su tiempo tejiendo una manta
con hilos de plata y hebras de recuerdos
y en las noches frías de niebla y rocío
cubre con su manta sus largos cabellos.
Sigue su camino, sin metas precisas,
sin rumbo, sin cauce, sin destino cierto,
y dentro de un puño fuerte y apretado
lleva acumulados todos sus proyectos.
Perdona María mi paso apurado,
si ando y camino y no me detengo,
perdona María mis ojos ausentes,
perdón si te miro… pero no te veo.
PUBLICADO EN EL LIBRO “Sentate que te cuento”- Editorial De los cuatro vientos- Bs.As- 2009
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