A Gabriel García Márquez,
Al celebrarse los 50 años de su obra
cumbre “Cien años de soledad”
Oye
Gabriel, llévame a Macondo,
y
caminemos por sus calles empedradas,
allí,
donde a la hora de la siesta,
entre
platanales y pueblos sin nombre,
el
sol llega buscándote en el mapa.
Oye
Gabriel, sé que Macondo existe
a
orillas de un río de aguas diáfanas,
porque
anduve por sus mágicos renglones,
porque
me escabullí, clandestina, entre sus páginas,
porque
he oído el canto de sus pájaros
y
el efecto hipnótico del verso
en
la alquimia inmortal de la palabra.
Dime
Gabriel dónde está ese tren
con
volutas de humo,
que
anda entre casas de barro y cañabrava,
y
que zanja a Macondo en dos fragmentos,
sangrando
fantasías en heridas y llagas.
¿Será
Macondo, Gabo, un espejo de mi pueblo?
¿A
qué distancia se encuentra de mi casa?
Pues
tengo un boleto eterno por esa geografía,
en
ese espacio de olvido,
de
soledad de un siglo,
de
obsesiones y milagros de una casta.
1er. PREMIO III CERTAMEN DE POESÍA "Noviembre"- Letras como Espada- TOLEDO- (España)
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