Llegamos un poquito tarde,
anunciando nuestra entrada con el chirrido de la puerta principal. Se hizo
silencio en el acto ya comenzado y nos ubicaron en las sillas vacías de la
primera fila, mientras nosotros pedíamos disculpas por haber interrumpido. La
entrega de premios se fue desarrollando en un marco distendido, con
presentación de libro, lectura de cuentos y un pequeño interludio musical a
cargo de intérpretes locales, con canciones de Jazz, Funk y Tango.
Por allí anduvimos, y luego
de dejar mis libros, nos retiramos, y cuando estábamos saliendo, el intendente
local nos saludó, y nos contó un poco sobre el origen de los apellidos, en su mayoría
suizo-alemanes, nos recordó que también la bella cantante de tango Rosanna
Falasca era oriunda de Humboldt, nos informó sobre un próximo hermanamiento de
la localidad con un pueblo suizo- alemán (del que ahora no recuerdo el nombre),
y nos invitó a la Fiesta del “Gran Gulasch” que se llevaría a cabo
próximamente.
Y nos fuimos, habiendo
pasado una velada amena, dejando atrás “la queja errante” que “en la campiña va
flotando, el eco vago de la leyenda que aún palpita” recordando un amor no
correspondido.
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