Yo le había enviado mis libros, luego de haber participado con alguna de mis obras en "Papirando", revista digital que él dirigía. Con sorpresa me encontré con devoluciones minuciosas, que él escribió luego de leerlos. Y que ahora comparto.
NARRADORA DE LO COTIDIANO
© C. Pablo Lorenzo
Crítica a “SENTATE QUE TE CUENTO” de Beatriz Chiabrera de Marchisone
© C. Pablo Lorenzo
Crítica a “SENTATE QUE TE CUENTO” de Beatriz Chiabrera de Marchisone
Ejercitar la lectura es una tarea que requiere tiempo, momentos
robados a otras actividades, es al principio una imposición voluntaria, luego
se transforma en placer, la retribución es grande. Probablemente lo que leemos
hoy recién en unos años podamos encuadrarlo o cruzarlo con otras lecturas o
situaciones vivénciales, dar con puntos de luz y algunos tibios eurekas, aunque
siempre es más fácil quedarse en el tiempo hueco de la televisión o la charla
insustancial.
Con el libro de Beatriz, me atrevo a ser confianzudo por que ya lleva
varias colaboraciones para Papirando, me encontré con una charla profunda,
ahondé en el valor de la sencillez que puede ocultar profundas reflexiones, me
senté y escuché lo que tenía que decir.
En unos de sus primero textos “Casi como un hijo” se observa el oficio
de narradora, se vislumbra la cocina literaria, la rara unión del pensamiento y
el sentimiento del escritor.
Hay ciertos lugares que parecen comunes pero se transforman, por
ejemplo empieza con un vidrio empañado donde se escribe un nombre y termina con
“…y en ese papel descuidado, // el triste recuerdo de una mancha.” La imagen de
lo borroso y el adjetivo anterior tienen un peso que excede a las palabras
aisladas al poner toda la figura en su sentido semántico más profundo.
Los pequeños detalles cotidianos de la observación directa son
entonces elementos sencillos trastocados,
agrandados por una gran sensibilidad.
Como ya he dicho los seguidores de la revista ya han podido leer
algunos poemas y relatos de Beatriz, este
número no es la excepción, dos textos de la autora que forman parte de
este libro - enviado en formato pdf- el cual, al leerlo, fue como un bálsamo de
sencillez y sentimiento por el despliegue de buenas intenciones de la autora. Del
mundo materno, que lo torna nada aburrido, hay un abanico de sentimientos bien
descriptos, poéticamente figurados, con imágenes validas por una pureza de
mirada sin falsas premisas.
Si, puede caer en el lugar común, pero esos lugares tienen un carácter
didáctico, enseñan desde el ejemplo de la situación como obrar sin extorsionar,
con una buena leche de madre que no castra sino que potencia.
Con los pies bien puesto sobre la tierra parte su mirada nostálgica
hacía el pasado para reinterpretar un presente no ajeno de pasiones futboleras,
denota preocupación y orgullo de pertenecer, de ser memoria y parte de activa
de su pueblo describiendo y participando en homenajes a lugares públicos que
son cobijo para la imagen grupal de personas reunidas con un mismo fin y con
una línea temporal que los hermana.
No hay figuras extrañas y no usa el simbolismo sino que apela al
sentimiento que provoca la memoria nostálgica pura, a la contemplación signada
por ojos optimistas. Los elementos son los comunes, los cotidianos, un mundo
distinguible sin retórica ni términos rebuscados.
Como lector parcial me gustó más su narrativa, tendiente más a
historias verídicas que a lo ficcional, pues parece ser un testimonio de su
época, pretende, como casi todos los escritores, dejar una huella, una marca de
su paso por este mundo y de alguna manera con “Sentate que te cuento” lo ha
logrado desde esa supuesta charla informal pero cuidadosa en sus formas, un
libro para lanzar al mundo para
que las miradas vuelvan a un lugar de origen muy especifico.
UN POCO DE TODO
Lectura de “Fotografías
del alma” de Beatriz Chiabrera de Marchisone
Por C. Pablo
Lorenzo
Lo que más me
llamó la atención del libro fue el sesudo prólogo que permite hacer una
interpretación de ese nexo delicado entre el escritor, el texto, el lector y la
interpretación que se puede asumir desde la empatía o la entropía. Un buen
ensayo de quien está inmersa en la actualidad de la información que proviene de
varios causes, entre ellos internet. Sucede que además de ser una escritora
primeramente local, logra en “Fotografías del alma”,
universalizarse y volverse internacional con la propuesta y las temáticas,
también es una mujer de su época, no ajena a los avances y pensamientos que se
modifican con la catarata de datos que poseemos hoy. Debemos tener cuidado con
esto de saturarnos con información, pero como ya he dicho antes, nuestra
colaboradora tiene los pies bien puestos en la tierra, y se permite hacer uso
de los medios a su alcance para difundir su obra sin ánimo de lucrar con ello. Ya
es difícil ponerse a escribir como para también tener que dedicarse al
merchandaising de su propia obra, algo que nos vemos obligado a hacer porque
sin la distribución y la publicidad editorial nos encontramos solos en el
desierto con nuestro librito bajo el brazo. Existen pues las ediciones de
autor, las cadenas informales de difusión internacional como Papirando y el
pequeño eco que podemos conseguir a nivel local. En todo el país, en otros
países, es lo mismo, hay millones de escritores que se las apañan como pueden. Lo
bueno es que no hay necesidad de manejarse bajo unos parámetros de
adoctrinamiento y similitud que poseen las ediciones de editorial.
Le dí el libro a Roberto Silvi, un poeta local para que dejara su
impresión ya que la visión de un poeta siempre es muy valiosa a la hora de
analizar versos, y sus impresiones seguirán a continuación de estos pareceres.
Por mi parte creo
que la obra es un poco de todo, un viaje mental hacia diferentes temas donde
uno puede descansar la vista en donde más le interesa, es un poco de todo,
piezas o fotografías que son parte de la vida y que se congelan en flashes o
escritos para poder reflexionar, un libro que se lee en esos viajes largos de
colectivo y que a veces te deja mirando la ventana por los ecos que produce en
nuestro propio lago mental. La piedra la lanzó Beatriz, las ondas son nuestras.
Lectura de “Fotografías
del alma” de Beatriz Chiabrera de
Marchisone
Por Roberto Silvi
Primero antes de realizar los comentarios de las poesías, me
presento: Me llamo Roberto Silvi, vivo en Río Gallegos, Santa Cruz desde el año
1974, tengo actualmente 42 años y este año me anoté en un taller de literatura
a cargo del escritor Pablo Lorenzo donde comenzamos con un taller de novela.
Bueno, ahora sí quiero comentar “Fotografías del alma”, (poesía y
narrativa) donde primeramente me pareció una gran combinación de tapa y
contratapa con las poesías del interior. También es importante mencionar la
investigación que hace la autora en el estudio de la fotografía donde compara
el destello de luz por un destello de palabras.
En cuanto a la forma de verso libre se detiene en cada detalle de
lo diario y lo cotidiano y lo actual del mundo en el que vivimos en “Olas”,
pasando por “Vidrieras” con una forma de simbolismo poético agradable. En
“Vagones y Campos” veo una forma directa y sencilla de llegar a percibir la
angustiosa vida del gueto judío con las marcas insignias que aun perduran hasta en su propia bandera.
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