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LIBROS PUBLICADOS POR LA AUTORA
(poesía y narrativa)
"DE LOS HIJOS" (2014)- Ediciones Mis Escritos (Bs. As.)

Rincones y Acuarelas I (Poesía) -2019- La Imprenta digital (Bs. As)

Rincones y Acuarelas II (Narrativa)- 2019- La Imprenta digital (Bs. As.)

Los encontrarás:
En Rafaela (Santa Fe): en Librerías "EL SABER", "PAIDEIA" y "FABER".
En San Francisco (Córdoba): en Librería "COLLINO"
y en otras librerías del país.

viernes, 19 de enero de 2018

"El Chimango" (De la autora)

Tenemos un chimango. Es un pichón que encontró Virgi en la plaza una tarde; estaba solo y expuesto a cualquier depredador que pasara por allí. Lo cargó y lo trajo a casa para alimentarlo hasta que pudiera manejarse por sí mismo. Tenía apenas unas suaves plumas que asomaban con timidez y unos ojos enormes y saltones. Lo pusimos en un patio-luz donde tiene muy poca tierra- solamente en un par de macetas sin plantas- y donde puede recibir sol y aire natural constantemente. Pero no es su hábitat. Siempre desconfiado, cuando nos acercamos a darle de comer, se oculta detrás de cualquier objeto que pueda resguardarlo del peligro, y se encoje como escondiéndose en su delicado plumaje. El hombre es una amenaza para él, se lo dice su instinto natural; nadie se lo enseñó, pero él lo sabe. Nos ponemos un guante grueso para protegernos de sus probables picotazos o arañazos y le damos trozos pequeños de carne y agua con una jeringa. Come y toma pero sospecha; no piensa que sólo queremos ayudarlo. A veces lanza unos chillidos que nos asusta, pero indica que está vivo y se puede defender. Las plumas cambian, son más oscuras y ya toman diferentes marrones. Lo observamos detrás de la ventana, para ver su comportamiento y decidir si está preparado para salir al mundo. Cuando no nos ve, camina libremente, pero no lo vemos volar. Igualmente intuimos que debe hacer algún vuelo corto que le permite pasar de una maceta a otra buscando la tierra. 
De pronto, nos sorprendemos. Virgi se sienta a atender el celular y él se trepa a sus rodillas. De a poco va tomando confianza; quizás el hombre no sea tan dañino. Ella le habla con voz suave, lo acaricia, y él ya no se asusta. Nos invade una sensación muy extraña, nos llenamos de júbilo. Luego, cada vez que Virgi entra al patio-luz, él se acerca y se trepa. Su espíritu salvaje va menguando, pero eso no será bueno cuando tenga que enfrentar su vida cotidiana, en la que no estaremos nosotros.
En pocos días deberemos dejarlo ir, para que se adapte y se encuentre con sus pares. Tenemos miedo, porque sabemos que afuera no lo tratarán igual; pero tenemos claro que no podremos quedarnos con él. Así es la vida.

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