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LIBROS PUBLICADOS POR LA AUTORA
(poesía y narrativa)
"DE LOS HIJOS" (2014)- Ediciones Mis Escritos (Bs. As.)

Rincones y Acuarelas I (Poesía) -2019- La Imprenta digital (Bs. As)

Rincones y Acuarelas II (Narrativa)- 2019- La Imprenta digital (Bs. As.)

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y en otras librerías del país.

jueves, 1 de octubre de 2020

"El canasto" (por Gabriel Ayala) TALLER VIRTUAL 7


 Casi siempre camino por el parque,  es un lugar que deleita los sentidos (el aire hace que el cuerpo esté menos denso, los colores armonicen mi mente, el perfume de flores endulzan la estadía y el viento acaricia el cuerpo), porque la naturaleza llama,  y sobre todo donde impera el cemento, según la época la presencia de concurrente a ella varía, en el verano las noches son las más solicitadas, porque el sol es imponente, especialmente el 6 de enero fiesta de los reyes magos, a ello se hacen recitales  con  presencia de grupos musicales del chámame y del candombe, también solitas y escuela de danza, en el otoño las tardes se llenan de estudiantes que salen de sus clases y se asientan su segundo hogar en la plaza, allí nacen la primeros encuentros y ese beso tan ansiado se hace evidente, por lo general el parque da para eso ya que la naturaleza invita a ello. En invierno solo los días de sol pleno se ven la gente, por lo general los fines de semana, donde  los niños van agolpados a los juegos que se inflan, perros corriendo, el fútbol,  vendedores y algún otro grupo musical despliegan sus sonidos invitando al viento a acoplar a la multitud. En primavera, el sol se mantiene,  se ven los canastos de comida y manteles, la gente disfrutando el día en la naturaleza, en ello ve la vida que abre sus puertas, el resurgir de las flores, el alimento de la vida se lleva el viento rodeando todo, los insectos comienzan su cosecha, pero hay algo que siempre  me llamó poderosamente la atención ver a un hombre con un canasto vacío, sea cual fuere la temporada lleva ese canasto, está siempre en el mismo lugar haga calor o frío, hasta en las lluvias se lo puede encontrar, hombre solitario acompañado solo por su fiel canasto,  su vestidura, lo convencional a la estación, a veces de campera otras con camisa o remera, acompañado jean o pantalón todo muy discreto , a veces de barba otras no, siempre la canasta vacía. Un día mi curiosidad me ganó,  traté de buscar conversación, comencé diciendo, el sol está fuerte hoy,  él continuó diciendo,  si es la temporada, hay que valorar la sombra de los árboles y así seguimos la conversación hasta que entré en confianza, entonces le hice la  pregunta,” por qué viene con la  canasta vacía”, se hizo una pausa… pensé que se molestó…  entonces busqué  otro tema para salir del paso y volver a la charla amena. De repente… él contestó:  mirá, vivo solo hace mucho tiempo,  siempre vengo a esta plaza, antes de venir veo  el canasto,  para mí está cargada de recuerdos, de mi infancia, adolescencia y de lo que me pasa, por ello trato de dejar algo de todo lo que me ocurre, y del bendito lugar, llevarme un poco de allí, en la estadía de  cada día cargo la canasta, a veces me llevo la imagen de una flor desplegando sus pétalos adornando el paisaje, dando su aroma que toca el alma, otra una sonrisa de un niño, el agua de las nubes que cae como un manantial refrescando mi duro corazón, un día cálido que me da la posibilidad de contemplar la belleza de los árboles donde su sombra es la más apreciada, la brisa que envuelve y es una delicia que refresca al cuerpo, el canto de un ave que resuena endulzando los oídos, el sol que entibia los pensamientos más duros,   una noche con estrella que ilumina la oscuridad del pensamiento en el techo sin fin, a veces un recuerdo que encuentro en alguna parte de este glorioso lugar, hoy por ejemplo me llevo una conversación que nutre esta alma… Así me dejó atónito… Y yo creyendo que este hombre estaba más para un psiquiátrico. Su elocuencia, sus palabras cálidas evocando las vivencias, tocó el corazón, con algo a lo que no pude resistirme, su sabiduría, su sentir y transmitir. Él  me dejo un regalo, un canasto. Me obliga a mí una pregunta que se vuelve recurrente,  ¿Qué dejo y me llevo hoy de este  día?

AUTOR: Gabriel Ayala

Corrientes Capital (Corrientes- Argentina)

TALLER VIRTUAL 7

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