¿Qué
sería de nosotros sin mascotas? Muy aburrido y triste.
¿Quién
se resiste a unos ojitos de mirada dulce de una mascota? ¿A su amor
incondicional? ¿A sus gracias?
¡Tengo
un perro negro divino!! Bochín. Estoy segura que me habla con la mirada y los
gestos. Es travieso, le encanta hacer pozos en el jardín. Me acompaña feliz
cuando salgo a caminar, es muy cuidadoso al cruzar la calle y nunca se aleja
mucho de mi lado. Soy feliz en su compañía, sé que me escucha cuando le hablo y
me entiende. No le gusta mucho que lo bañe, pero cuando le toca el baño se
resigna calladito hasta que termino y después se sacude mojando todo lo que
está cerca. Es muy sociable, pero cuando ladra hay que poner atención porque es
que algo está pasando.
También
entre mis mascotas se encuentran un par de gallinas que dan huevos frescos
todos los días. Son tan mansas que se pueden agarrar sin que piquen. A veces se
escapan de su gallinero y dan una vuelta por el patio y el jardín.
Lo
increíble son mis peces. Son peces de laguna, mojarritas. Pero son súper
entendidos! Saben cuándo voy yo a darles de comer. Llegan corriendo y saltan y
juegan y hasta se pelean por el mismo trozo de comida, aunque haya mucho
alrededor. Pero cuando otra persona les da de comer se quedan en su rincón y no
van a la comida. Y me resulta increíble porque ellos no hacen ruido, no sé si
escuchan cuando les hablo y es que les hablo mucho, no se los puede acariciar y
sin embargo son tan entendidos.
Tuvimos
una cotorra. La trajeron chiquita del campo porque estaba lastimada. Le dábamos
de comer en la boca y la curamos. La ponía en el piso para que caminara y
parecía tan minúscula. Bochín la miraba extrañado, pero ni se acercaba, no
tiene problema con que otras mascotas compartan su lugar. La cotorrita aprendió
a hablar mucho, pero solo hablaba cuando mi mamá estaba cerca, no hablaba con
nadie más. Y solo mi mamá podía ponerle comida y agua. Si lo hacia otro nos
picaba. Pero cuando se hizo muy viejita se fue al cielo de los animalitos…
Amo
a mis mascotas, a los que tengo ahora y a los que tuve y ya se fueron al cielo.
¿Quién
puede resistirse a una mascota y a su amor incondicional?
AUTORA: Claudia Fernández
Balcarce (Buenos Aires – Argentina)
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