Como todas las noches, antes de
dormirse, Paulina le pide a su papá; “¿Me contás una historia?”. El papá
desarrolla su relato con algunas interrupciones.
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Había una vez un pirata
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¡No, mejor un payaso!
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Había una vez un payaso que vivía en un circo
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¡No, mejor en un barco!
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Había una vez un payaso que vivía en un barco. Un día de
mucha lluvia
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¡No, mejor de mucho sol!
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Había una vez un payaso que vivía en un barco. Un día de
mucho sol decidió escaparse
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¡No, mejor hacer gimnasia!
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Había una vez un payaso que vivía en un barco. Un día de
mucho sol decidió hacer gimnasia. Se vistió con un pantalón largo amarillo y
una musculosa rayada
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¡No, mejor con un pantalón corto verde y una remera a
cuadros!
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Había una vez un payaso que vivía en un barco. Un día de
mucho sol decidió hacer gimnasia. Se vistió con un pantalón corto verde y una
remera a cuadros. Después se puso una peluca anaranjada
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¡No, mejor un sombrero con plumas!
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Había una vez un payaso que vivía en un barco. Un día de
mucho sol decidió hacer gimnasia. Se vistió con un pantalón corto verde y una
remera a cuadros. Después se puso un sombrero con plumas. Estuvo casi una hora
corriendo
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¡No, mejor haciendo saltos y sentadillas!
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Había una vez un payaso que vivía en un barco. Un día de
mucho sol decidió hacer gimnasia. Se vistió con un pantalón corto verde y una
remera a cuadros. Después se puso un sombrero con plumas. Estuvo casi una hora
haciendo saltos y sentadillas. De pronto resbaló y cayó al agua
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¡No, mejor descubrió un mapa en el piso que indicaba el
lugar exacto de un tesoro!
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Había una vez un payaso que vivía en un barco. Un día de mucho sol decidió
hacer gimnasia. Se vistió con un pantalón corto verde y una remera a cuadros.
Después se puso un sombrero con plumas. Estuvo casi una hora haciendo saltos y
sentadillas. De pronto descubrió un mapa en el piso que indicaba el lugar
exacto de un tesoro. Entonces el payaso se puso muy contento y pensó en
convertirse en pirata para ir a buscar ese tesoro.
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¡Sí, me gusta papá! ¡Qué suerte que sabés contar
historias, a mí no se me ocurre nada!
El papá sonríe, le da un beso y se va. Cuando
cierra la puerta, Paulina saca desde debajo de su almohada una libretita que en la tapa dice “Historias
de papá” y un lápiz. Luego escribe:
“Había una vez un pirata que vivía en un circo. Un día de mucha lluvia
decidió escaparse. Se vistió con un pantalón largo amarillo y una musculosa
rayada. Después se puso una peluca anaranjada. Estuvo casi una hora corriendo.
De pronto se resbaló y cayó al agua.”
Paulina lee lo escrito y se da cuenta que le falta un final a esta
historia. Y la termina así:
“Entonces el pirata vio a unos chicos que
se reían de todas las piruetas que él hacía sobre el charco para poder
levantarse y pensó en convertirse en
payaso”
Y cuentan por ahí que el tesoro que descubrió el pirata que antes era payaso fue un amigo
payaso que antes era pirata. El lugar exacto del encuentro fue el que figuraba
en el mapa, un enorme y mágico
charco de agua formado por la
lluvia tiempo atrás que nunca se evaporaba. Si pasan por allí verán a un payaso
con cara de pirata haciendo piruetas en el agua con su peluca anaranjada y a un pirata con
cara de payaso pasando un sombrero de
plumas después de cada función.
1 comentario:
Excelente!!! Como siempre y nos tenés acostumbrados. Gracias Mónica por tus cuentos, rimas y relatos!!!!
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