Capullos de rayitos solares
se arremolinaban hacia el zenit
para adormecerse hasta renacer.
Ella se subió al último
entremezclada en la sombra luz
que anunciaba la partida del día.
Y pícara descubrió el sendero
que la trasportara al misterio
cosmogónico
para aquilatar su ensoñación lunar.
AUTORA: Silvia Beatriz Amarante
CABA – (Buenos
Aires – Argentina)
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