Nos creímos mar…
inmensos, avasallantes, poderosos, navegantes impetuosos del mundo y sus
costas. Pero de pronto nos descubrimos arena; ni una playa ni un montículo,
sólo un granito de arena.
Se desplomaron
nuestras certezas, nuestros sueños inmediatos, nuestras preocupaciones,
nuestros refugios, hasta los besos… Extrañamos con más fuerza a aquellos que ya
no están… Ensayamos varios WhatsApp al cielo… ¿Llegarán?
Escapamos de la
tiranía de la moda y del reloj… Se llenaron los días de horas que rompieron la
medición del tiempo ancestral del reloj y las noches se poblaron de incertidumbre…
de ansiedad… de nostalgia por aquello que era tan poco pero que hoy descubrimos
grande.
Cierro los ojos.
..Quiero evadirme y diluir esta realidad en el silencio de un sueño profundo.
Cierro los ojos…
Llamo al sueño buscando una imagen bella y aparece el mar.
Cierro los ojos… Me
imagino tomando una botella e introduciendo en ella un mensaje.
No sé para quien, ni
para cuándo, ni hacia dónde.
Cierro los ojos…
Torpemente escribo en el papel dos palabras, una que alude al pasado y otra al
futuro: NOSTALGIA Y ESPERANZA… Tomo el crayón y remarco con más fuerza la
segunda: ¡ESPERANZA! Aunque la NOSTALGIA sea tan grande como el mar y la ESPERANZA
tan pequeña como un granito de arena… Porque muchas partículas pueden hacer
algo tan grande como una playa que contiene al mar.
AUTORA: Rosario Buncuga - PEYRANO- (Santa Fe- Argentina)
2 comentarios:
Exacto nostalgia y esperanza , hermoso texto verdades profundas muy hiladas, Enhorabuena, un saludo desde mi brillo del mar
Gracias Beatriz Martín!!! Muy generosa!!!
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