Un dulce silencio recorre mi alma, mientras me tomo un chocolate que me ofreció Alejandra. Me acerco hacia el interior de su ventana. Una cálida estampa, una chimenea de color hogar, y su cuerpo dibuja girnaldas y botas de croché para recibir la magia de San Nicolás, el fuego de la chimenea desprende aromas de amor y fraternidad. A su lado un pino majestuoso, se levanta con luces de Belén a la espera del niño ver nacer. Para mas sorpresa le acompaña una mecedora que logra en instantes que viaje a mi hogar, mi abuelita, solía coser y bordar en su vieja mecedora, mientras a su alrededor, escondidos veíamos los regalos debajo del árbol, mi hermano y yo nos peleamos por los colores de sus cajas, - el rosado es para ti Pedro, -no, será para ti Laura. Y así viví mi infancia por instantes, desde esa ventana, donde mis navidades eran las mas entrañables e inolvidables.
-Laura , Laura ¿no me oyes?.
- Disculpa estaba de curiosa viendo tu sala está llena de Navidad. Me trajo recuerdos de mi infancia.
- Gracias. Lo hacemos entre mi hijos y mi esposo con mucho cariño. Toma aquí tienes la ropa que te prometí para que repartas en el centro de inmigrantes.
- Gracias Alejandra, el Niño Dios volverá a nacer entre nosotros. Gracias por el chocolate. ¡Feliz Navidad!.
- ¡ Feliz Navidad Laura ! y que Dios te bendiga.
AUTORA: Beatriz Martín
Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias- España)
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