Deambulaba veredas sin suelas
y
miraba las casas de gente feliz
tras una ventana vio,
un árbol de Navidad lleno de estrellas
que guiñaban sus ojos de colores
en una estufa ardía leña
y las llamas parecían bailar
una danza de fuego
¡cuánta alegría habría en ese hogar!
Igual que los cuentos maravillosos
Cruzó unas calles hasta su refugio
sus tripas crujían pidiendo comida,
hay que dormir decía su madre
durmiendo el hambre se va.
Soñó un sueño de ensueño
El árbol estaba a su lado
Y tenía torta de chocolate
alfajores de dulce de leche
bolsas con papas fritas
y hamburguesas enormes
En lo mejor del sueño
cuando iba a saborear esas delicias
lo despertó su compañero
sobre un fueguito de hojas
revolvía en una lata abollada
algo apetitoso
¿querés un plato de sopa?
y estiró su mano sucia
con un tacho de esmalte saltado
y en ese momento comprendió qué,
para alguien como él,
ese plato de sopa era
la máxima expresión de la alegría.
AUTORA:
Sonia Rovegno
Montevideo (Uruguay)
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