Orgulloso me vestí de
Papá Noel, marchando a la Plaza Mayor de Burgos por ver de saludar a niñas y
niños, cambiándoles un beso por caramelos masticables; pero no logré mi traza,
trabajo y diligencia porque, en vez de acertar y ganar, salí con daño y burlado
porque, al correr hacia unos niños, pisé una bolsita de caca de perro que
estallo bajo mi pie derecho manchando mi vestimenta de Papá Noel, lo que hizo
reír a los críos y, a mí, marchar a casa contrariado.
AUTOR:
Daniel de Culla
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