La vida caótica
en que viviste y lo que te hechizó después; no importa
Yo sigo viendo al niño, allá en Villa Fiorito en
sus primeros pasos en la magia del futbol
el que corre por
la improvisada cancha con balones de trapo o
plástico
demostrando su
juego, gracioso, dotado con una zurda y un remate al arco,
y tu piel huele
a tierra que otros suelos no tienen.
Y miro tu cara de niño y presiento que la
tristeza no descansa, en noches de lluvia y lodo
Eres una gota en
las calles plagadas de pibes, tras la puerta buscas primaveras rotas
Tras la puerta
las jugadas, y en la garganta un pájaro con ganas de volar que le
gana a la vida.
Todos tenemos un ángel custodio, un ojo
grande desde el cielo o la mano de Dios que conduce nuestros pasos, pronto la
vida habló contigo
Y otra historia
distinta fue la tuya con andar viajero.
Ya los días no
te persiguen sin tregua
No habrá manitas
pedigüeñas
Todos caen
rendidos a tus pies, estadios del mundo te conocieron
Y gritan tus
goles hasta quedar sin voz.
AUTORA: Hilda Olivares Michea
Chañaral -III Región (Chile)
No hay comentarios:
Publicar un comentario