Ese afán de la abuela de querer que cada domingo nos lleváramos dos canastas llenas de frutas y verduras desde su casa de campo, decía ¡Abuela no es necesario!, nosotras en la feria la compramos, insiste y empieza su cantinela:
¡ Yo las cultivo, no son manipuladas, puro guano, sol y agua!
¡las niñas están paliduchas, vitaminas les falta!
Miro las canastas de frutas y verduras y me produce la misma sensación de olor a campo, a albahaca y perejil, de regresar al tiempo de la cosecha, a la casita de adobe, del fogón que no descansa, alrededor mi madre y la abuela, un trozo de queso fresco y el mate entre sus manos. Mi abuela y su guitarra o tarareando una tonada.
Ahora me doy cuenta que siempre te he buscado, en el supermercado, en el rincón de los vegetales, entre la multitud de la feria de los domingos. Y como antes, cuando tú y mamá estaban, las enseñanzas que mis hijas heredaron, dar gracias por los alimentos a la hora de comer, a no desperdiciar nada, si quedaron frutas se volverán mermeladas, las cebollas escabechadas, es que de pronto me encontré en el pasado oliendo a pan amasado y empanadas.
Qué orgullo cuando mis hijas me dicen te pareces a la abuela en la voz y la mirada.
Abuela con moño que blanqueaba, un delantal grande para guardar el pañuelo, semillas, caramelos para las invitadas.
Pequeña mandona que partiste junto a tus huevos de campo y los jazmines, junto con tus clases de guitarra, tejidos y bordado, tus consejos y lecciones que te aseguro, se quedaron.
¡Tengan cuidado con los tábanos!
¡No duerman con el pelo mojado!
¡Besa el pan caído, es la carita de Dios!
¡Fruta verde no comas que te dará diarrea!
Abuela, madre, hija y nietas, hoy todas nos juntamos en una esquina de mis
pensamientos como si me llamaran. Mientras espero, tejo en derecho y revés un
cuadradito de lana justo el bolsillo que faltaba.
AUTORA: Hilda Olivares Michea
Chañaral (Chile)
1 comentario:
Que hermoso y emotivo relato!!!! Muchas gracias!!!!!
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