Bajo el sol de la mañana la huerta dona sus frutos.
Y en alegre caravana -salpicadas de rocío-
marchan todas las verduras.
Las berenjenas lustrosas vistiendo su traje oscuro,
lideran la larga fila entre risas y murmullos.
El ajo muestra los dientes a un repollo maloliente,
quien disimula la ofensa mirando para el poniente.
Y tomados del cabito, tomates y zapallitos,
cuchichean en secreto la vergüenza del morrón.
A un costado del sendero una manzana extraviada
con su delicado aroma les indica la canasta,
quien les da la bienvenida con los motores en marcha.
El apio de porte esbelto, rabanitos, calabaza,
más atrás las zanahorias siguiendo la caravana,
zarandean sus cabellos al son de un ritmo naranja.
Al llegar, sobre la mesa las recibe un tibio pan
y una botella de vino para brindar por su entrega;
que de la huerta al hogar con perfumados colores
unidas a otros sabores sobre el plato lucirán.
La cebolla que quedó lloriqueando compungida
se abraza con las lechugas que no escucharon los trinos,
y se quedaron dormidas.
AUTORA: Margarita Filiputti
Armstrong (Santa Fe- Argentina)
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