El
aire es cálido, esplendido, todo está iluminado…luces….reflectores…. la luna
gigante y muy brillante nos brinda toda su energía…es una noche de verano para
disfrutar, para el éxito y para enamorarse. Todo está enfocado al anfiteatro de forma hexagonal
con amplias escalinatas para que el público pueda apreciar el espectáculo de
distintas perspectivas. En el escenario ubicado al noroeste se encuentra un
piano de cola, de color blanco marfil,
junto a él una partitura y una rosa roja.
La
notas musicales empezaron a deslizarse, dibujando la clave de Sol y el
pentagrama colmó el espacio y el ambiente se trasformó en un lugar mágico, cada
una de ellas se suspendían en el aire y el protagonista ejecutó la partitura
donde supo encontrar la nota que arriesgó en el teclado para que esa rosa
pudiera abrirse y perfumar al ser amado.
Invisibles
se conectan a la distancia, dos corazones empiezan a entrelazarse y a latir al
mismo ritmo, las notas musicales se acercan hasta la mujer envolviéndola con
ese perfume que alguna vez estuvo presente con idas y vueltas…con aciertos y
desaciertos.
Queriendo
ser correspondido de alguna manera y no quebrarse sobre el teclado desde sus
ojos transparentes como el cielo, dejó caer lágrimas sobre el pentagrama que fueron
surcando y bañando esa rosa que alguna vez fue obsequiada para conquistar un corazón
desolado y poder llegar al mundo de la FELICIDAD.
El destino permanentemente nos conduce a
distintos caminos, fue un enigma para esas dos personas. Esa noche parecía como
si todo estuviese programado, y que esas almas gemelas se volvieran a encontrar,
pero debido al tiempo y las circunstancias
nunca pudo ser, porque llegaron tarde y su amor ya era un amor
prohibido.
DESTINO…AMOR…FELICIDAD… palabras difíciles que
inquietan la mente, el corazón y el alma, no hay explicación alguna, nunca pudieron
realizarse y de esta manera continúan girando en el UNIVERSO.
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