La rosa y la copa
contuvieron su impulso;
ambas prefieren
el suspiro primario
de los amantes sin tiempo…
De los que llevan
la prisa del Allegro
en sus frenéticos pulmones;
y anhelan que la pausa
del Adagio
acompase cada encuentro.
De los que no pusieron
en agua la rosa,
ni el vino
—de la copa escanciada—
bebieron completo.
AUTORA: Yanet Helena Henao Lopera
Medellín (Colombia)
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