Así se detuvo la escena en su mente.
Una foto inerte; colgada en sus pupilas.
Así fue ese amor: pendiente…
como esa canción soñada de la adolescencia
que otra vez la burlaba y se reía.
No podía hablar.
Su mirada embalsamada sólo se regodeaba
en esa imagen clara, de ilusión y espinas…
…rosa de mentira que cantó a su oído
partitura fría que su piel heló,
como una sirena que encanta su canto,
palabras bonitas ella le creyó;
rosa roja que ella ingenua…
siempre había esperado y él nunca le dio.
…copa burda y cómplice que ahora caída, desnuda y vacía,
como sus burbujas se desvaneció;
los labios de ella saboreó sin pena
que entonaban tontos la clave de sol,
y embriagó jugosa inocentes notas,
mas el frío del piano fue y la despertó.
Copa de Pilatos… hoy te escondes roja,
pero tu vergüenza ya te delató.
Copa encantadora… hoy te mueres sola
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