Observo las olas que arremeten en la arena,
el sol de la mañana es un abanico de luz,
el imponente mar ruge su eterna canción.
Mi mente de poeta busca una musa,
creo haberla encontrado.
Me alerta algo extraño y luminoso.
Lleva en su vientre un mensaje.
La botella se bambolea, al compás de las
olas,
un recado de amor silencioso,
aletargado de su cuna de arena.
Solo los albatros en geométricos vuelos,
conocen su viaje llevando esperanzas.
Un secreto amor ansía leerlo.
Bajo un cielo diáfano, cielo de verano,
llegará a la playa, su corazón lo sabe.
Al caer la tarde en ese cuadro inmenso
de mar y de cielo, de arena y misterio,
se abrirá ese cofre, se develará el enigma.
El crepúsculo guarda nostalgias doradas.
Sus últimas luces sobre el gran espejo,
sin hablar me dicen, escribe poeta,
hoy llegó el amor, entre olas inquietas,
y en
breves palabras.
AUTORA: Inés Quiléz de Monge- SAN FRANCISCO (Córdoba- Argentina)
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