El bosque oscuro...
gris,
como las almas
sumergidas,
en ese vaivén de
emociones
encontradas...
Yo vi el sendero...
y dejé huellas en
apresurados pasos,
que marcaron mi
historia peregrina.
El bosque oscuro,
gris...
envejecidos años,
aún en primavera...
y esa calma que
precede
las tormentas más
furiosas.
Estoy perdida entre
sombras
que adivinan mis
ojos,
que acompañan la
espera,
de un solemne
destino.
Sólo hay deshechos
de pájaros heridos;
de tiempos sin
olvidos,
por tantos grises a
paletazos
dibujados...
AUTORA: Olga Nora Mansilla
Rosario, provincia
de Santa Fe, Argentina
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