La
luna se desgajó sobre la tierra virgen de tu cuerpo, embarrado de árboles al
borde del otoño. Con la penumbra que caracteriza tu estado de ánimo, acaricio
el borde de tus lágrimas, esas que derramaste a plena luz del día mientras
todos te miraban sonreír. Ahora, que la noche cae aciaga sobre tu rostro, que
la luna vino a hacerte compañía y tus sueños forman un lago lúgubre me atrevo a
contemplarte con profundidad. Veo en las rendijas de tus poros la luz queriendo
salir, filtrando vida, y me pregunto cuántas veces te venció la soledad de
bosque en invierno, la tristeza de una lluvia finita invadiéndolo todo. Quien
pudiera ser amiga de la oscuridad al punto de volverse estrella, derribando la
barrera del universo que separa lo terrenal de lo divino. Mis ojos lloran, mi
cuerpo entero enferma, y ahora sos vos la que mira, convertida en sombra, mi
sombra.
AUTOR: Francisco Moreno -
Rafaela- (Santa Fe- Argentina)
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