Hay una quietud que
se cala en la mente, una incertidumbre de no saber los designios de este lugar.
Ella se vuelve
invisible para poder escapar al final del bosque oscuro, que se torna
amenazante y eterno.
Pero no quiere
dejarse impresionar por el sombrío paisaje.
Más bien decide
relajarse y agudizar los sentidos.
Escucha con
detenimiento el agua de la llovizna que cae de los árboles al tupido follaje;
el canto de los pájaros se escucha como una melodía celta, el espejo de agua,
refleja y duplica el bosque.
Se siente en armonía
con la naturaleza y descubre que el bosque no era como lo percibía al entrar, que
el bosque la conectó con su SER.
AUTORA: María Elena Singh- La Carlota- (Córdoba- Argentina)
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