Noche. Quietud. Soledad. Paisaje
fantasmagórico. La luna llena, única testigo, esconde su brillo en el arroyo.
Un aullido estremecedor rompe el silencio. Otro ruido seco con olor a pólvora
alerta a los habitantes de la pequeña aldea, del otro lado del bosque.
Alguien faltaba en el pueblo. Alguien… El
amanecer corroboró una ausencia… ¿O dos?
Una madre lloraba, una esposa también.
El cazador furtivo fue encontrado sin
vida, bañado en sangre. La loba regresó con los labios pintados de rojo.
Una madre reía, una esposa también.
AUTORA: Silvana Mandrille- San Francisco (Córdoba- Argentina)
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