Contemplo curiosa ,
la fotografía de un BOSQUE OSCURO, le coloco un marco dorado, ahora es un
cuadro, pero adónde lo cuelgo?
Estoy en ese cuadro,
es otoño en Bélgica, allá en las Ardenas. La lluvia forma charcos en los
desniveles del terreno. Las hojas dibujan formas misteriosas sobre la tierra
húmeda.
Camino por un
sendero que bordea el bosque, elijo un lugar estratégico para observar a los animales
silvestres, que se acercan a beber el agua de los charcos. Por momentos una luz
mortecina penetra por entre los árboles, la pálida claridad lo hace mágico. En
medio del silencio y la soledad escucho voces apagadas, son soldados que
custodian la frontera, para evitar el paso de tropas alemanas. Las hojas
mojadas, amortiguan sus pasos. Se detienen y se sientan debajo de un añoso
cedro. Sacan de su mochila un trozo de pan y queso.
Mientras comen y
beben agua de una botella. La conversación se hace fluida. Escucho hablar de
sus familias, a quienes extrañan, su francés es un poco raro a mis oídos, como estudiosa
del idioma, lo siento menos gutural.
-La guerra está
durando mucho tiempo. Los alemanes aparecen y desaparecen por todas partes.
Saquean nuestros hogares, violan a nuestras mujeres, eliminan a nuestros vecinos,
roban nuestras cosechas dejando vacíos los graneros.
-Van sembrando el
miedo a su paso, y el clima que no ayuda!
–Aquí al menos,
nuestra gente nos brinda un lugar, para pasar la noche. Comparten leche y pan.
-Tienes razón, otros
compañeros son menos afortunados, se encuentran en el frente de batalla, sufren
hambre y frío. Muchos mueren a diario.
- En Francia los
soldados, sitiados por todas partes, caen en continuas emboscadas, el peligro
está a cada paso, temen por sus vidas , muchos prefieren morir a caer
prisioneros de esos chacales. Hay que reconocer el valor de los maquis, que
luchan por la libertad de su país. Matan y hacen prisioneros a muchos alemanes.
-No sé cómo ni
cuándo terminará esta guerra impuesta por ese loco nazi, enceguecido por el
poder.
Se levantan y
continúan su marcha...
Sus voces se apagan.
Trato de pensar, miro a mi alrededor, ¿qué hago aquí?- me pregunto.
De pronto unos tiros
de metralla sacuden la tierra.
Una mano sobre mi
hombro me sacude. Después de enmarcar el Bosque Oscuro, me había quedado
dormida en un sofá, frente al televisor…
AUTORA: María de los Ángeles
Albornoz- Docente jubilada, cantante, escritora, locutora-
MONTEROS (Tucumán,
Argentina).
Preside América Madre, Filial Monteros. Pertenece al
Círculo
Internacional de Embajadores de la Paz de Suiza/Francia y de IFLAC -Argentina y
miembro de
instituciones culturales nacionales e internacionales. Tiene
publicado libros
en verso y prosa.
Recibió premios y distinciones por su labor cultural , social y literaria.
1 comentario:
Me ha encantado he disfrutado de la lectura, es dura y profunda pero muy bien logrado Felicidades, un saludo desde mi brillo del mar
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