Ahora estoy navegando en un mar tibio y plácido. Encerrado mi corazón de
papel y tinta en una botella, como en un cántaro sagrado, como en el vientre
fecundo de una mujer. Vengo desde el fondo de los tiempos, embarcado una mañana
de plata por las manos de un señalado de los dioses. Viajo por el espacio
líquido del mar, como entre nubes de espuma, hasta alcanzar el puerto de unas
manos anhelantes.
El
mensaje que me ha sido transmitido, permitirá satisfacer los deseos de muchos.
Para la mujer pobre, tengo la receta del pan de la prosperidad. El amante fiel,
leerá la fórmula de la caricia ardiente. La conquistadora de universos,
encontrará la ruta antigua para llegar a
las estrellas apagadas y encender sus luces. La soñadora, podrá descubrir la
nota olvidada del pentagrama celestial. Cada uno hallará lo que busca, de
acuerdo a sus ilusiones.
Pero el
codicioso, la mentirosa, el traidor, encontrarán una página en blanco. Al abrir
la botella se lanzarán desesperados
buscando el mapa del tesoro sumergido o la carta donde se describe la fórmula
de la felicidad. Algunos insensatos, intentarán leer los datos para llegar al
lugar que preserva la vida, la fuente de la juventud eterna. Pero nada hallarán
en mis entrañas. Decepcionados y
maldiciendo su suerte, volverán a sus mundos oscuros y desdichados. Y
continuarán bebiendo en la copa del furor y de la cólera.
Porque
está escrito en el Libro de los Marineros, por el Mar de la Serenidad , solamente
navegan los justos.
AUTORA: Susana Solanes – Rosario (Santa Fe- Argentina)
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