Dejamos la cabaña con grandes dormilones en su interior. Nos fuimos hasta
la orilla a disfrutar del agua, del sol, del poco ruido, del hermoso sonido de
las olas. Allí nos chocamos con pequeños montículos de plumas sin
vida…pingüinos que no pudieron volver solos al agua…la olas los dejaron sobre
la arena.
Nos conformamos con una expresión que dice tanto en tan poco: “Así es la
vida”.
-¿Ves lo que yo veo?
-Sí.
-Me quedo más tranquila ¡No es producto de mi locura!
-La descorcho yo.
-La leemos juntos.
El regreso fue abrumador… dos secretos guardados para siempre…en la botella
y en los cuerpos aturdidos.
La verdad nubla la vista…
La verdad se esconde en el fondo…junto a las palabras escritas.
La verdad nos golpeó y golpeará a más despistados.
AUTORA: Silvia de la Vega- General Alvear (Buenos Aires- Argentina)
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