Es en el Alcázar de Segovia
Elevado en lo alto de un espolón rocoso
En la confluencia de los ríos Eresma y Clamores:
En la ventana del Tocador de la Reina
Que da a las escarpadas rocas
Se encuentra asomada, bien guapa
Con una criaturita en sus brazos
Rosina, la real doncella
De Violante de Aragón
Esposa del rey Alfonso X de Castilla
Esperando que se le acerque
Timoteo el barrendero del Acueducto
Que, como un juglar, le canta
Todos los días a la hora del Ángelus
Por ver de conquistarla.
Desde su casa de Zamarramala
Hasta las rocas del Alcázar
Ha puesto un tablado
Para que cuando se descuelgue Rosina
Y marche con él de la mano
No se manche el calzado.
Más, en un triste momento
Rosina, tan enamorada ella
Se ha asomando tanto
Que, en un ligero descuido
Cuando el sol le daba en la cara
La criaturita se le ha escapado.
Entonces, Rosina, valiente y temerosa
Porque el rey la hubiera colgado
Si la criaturita se hubiese matado
Desde la ventana se ha tirado
Que al ser un poco gordita
A la roca, antes que la niña ha llegado
Cayendo la criaturita en sus brazos
Salvándose sin hacerse daño
Mientras Rosina moría descalabrada
Con una sonrisa en los labios
Sin poder terminar de decirle a Timoteo
Su barrendero del Acueducto
Que, compungido, a lágrima viva lloraba:
-Pienso casarme contigo, Amor
Cuando cumpla los veinte años
En la iglesia de la Vera Cruz.
Vallelado (Segovia- España)
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