Frente al pentagrama
fluyen las notas,
se rozan, se unen
y brota airosa la música.
Se acarician las teclas,
nos vamos iluminando.
Los pensamientos comienzan a poblarnos.
Los recuerdos de momentos,
de emociones, de rostros,
se enamoran entre sí , nos conmueven.
Vislumbramos una copa vacía tras un brindis…
Y una rosa adormecida u olvidada
perfuma ese espacio detenido.
AUTORA: Alicia Borgogno
Cañada de Gómez (Santa Fe- Argentina)
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